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Los milicianos se integrarán en el nuevo Ejército de la nación

TRÍPOLI. Actualizado: Guardar
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Mientras la comunidad internacional discute el futuro de Libia, los rebeldes no tienen tiempo que perder y sobre el terreno van juntando las piezas que les permitan poner en marcha cuanto antes el proyecto para un nuevo país. Tras la presentación de la hoja de ruta de la transición, ayer fue el turno de las nuevas fuerzas armadas.

El general Omar al-Hariri presentó las líneas maestras del Ejército nacional en el que se fusionarán las unidades militares sublevadas y las fuerzas rebeldes, ya que «no existe diferencia». «Gran parte de los militares han estado con los rebeldes desde el principio. Todos han luchado en el mismo bando y ahora van a seguir unidos», apuntó un general.

Las nuevas autoridades van llegando a Trípoli de forma progresiva, y la doble línea del frente siguió una jornada más fijada en Sirte y Bani Walid, últimos feudos gadafistas en el país. Los rebeldes intentan llegar a una solución dialogada con las tribus locales, y para ello han extendido hasta el próximo sábado el ultimátum. Si para entonces no retiran su apoyo a Muamar Gadafi, los rebeldes entrarán por la fuerza. Mientras se suceden los contactos, la OTAN bombardea cada día ambos lugares desde el aire.

La cuenta atrás avanza mientras se siguen descubriendo cada día horrores de la guerra en la que ha estado sumido el país durante siete meses. Amnistía Internacional denunció que fuerzas leales a Gadafi dejaron morir de asfixia a diecinueve detenidos en el interior de contenedores metálicos al sol el pasado mes de junio en el noroeste del país.