El asesinato de dos periodistas eleva el grado de terror en México

El asesinato en las últimas horas de dos periodistas en México puso de nuevo de manifiesto la peligrosidad de ejercer la profesión en el país. Con ellas son ocho los informadores muertos en lo que va de año y 74 los de la última década. Inicialmente las autoridades barajaron una represalia del crimen organizado pero no descartan el móvil del robo en la muerte de Ana Marcela Yarce Viveros, fundadora y reportera de la revista 'Contralínea', y Rocío González Trápaga, exreportera de Televisa y, al parecer, propietaria de una casa de cambio en el aeropuerto de D.F.

Las mujeres, de unos 45 años, fueron estranguladas y rematadas con un disparo. Sus cuerpos, desnudos y atados de pies y manos, aparecieron el jueves en un parque del popular barrio de Iztapalapa. Ambas salieron de la revista a las diez de la noche del miércoles. Después se perdió su pista.

La dirección del semanario de investigación divulgó un comunicado precisando que Yarce «se encontraba al frente del área de Relaciones Públicas de la revista semanal» y que González Trápaga, «amiga de esta casa editorial, actualmente ejercía el periodismo de manera independiente». Según el fiscal general de la capital mexicana, Miguel Ángel Mancera, las autoridades tienen «información preliminar» que sitúa a González Trápaga «durante diferentes horas» en el aeropuerto donde hizo operaciones «por un monto considerable» en una casa de cambio.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos tiene contabilizados 74 asesinatos de periodistas desde el año 2000. Para la ONU y la Organización de Estados Americanos, México es el país más peligroso para ejercer el periodismo en el continente. El patrón en los asesinatos es muy parecido: denunciar conductas criminales de narcotraficantes y sus vínculos con los poderes fácticos.

En otro incidente relacionado con el crimen organizado, ayer era detenido un policía por su participación en el atentado contra el Casino Royale de Monterrey. Los videos señalaron al uniformado por estar fuera vigilando y sin intervenir mientras los sicarios prendían fuego a la casa de juego.

Donde nadie duda de la intervención de los sicarios es en la ejecución de un periodista poco después de que anunciara la publicación de un reportaje sobre el narcotráfico y la corrupción de los empresarios locales. Un hotelero local es señalado como autor intelectual de su muerte. La isla se está convirtiendo en punto clave en las escalas de la droga desde Sudamérica y Centroamérica hasta EE UU y Europa.