Presente y futuro de Gadafi

Más pronto que tarde el coronel Gadafi, derrotado líder del extinto y extravagante régimen libio, aparecerá: vivo o muerto, detenido por sus adversarios o a buen recaudo en algún Estado sensible a sus posibilidades financieras e insensible a las exigencias de la justicia. El hecho de que, derrotado sin paliativos y en fuga (salvo que esté en Sirte, su ciudad natal y se disponga a resistir militarmente allí), no haya sido encontrado suscita una cierta y no muy razonable desazón internacional. Pero ahí debe parar el proceso que, de nuevo, parece hacerse a los insurgentes y su protector militar. Una especie de imperiosa necesidad iconográfica, la de ver al coronel por fin tras su derrota, se ha apoderado de la crisis de Libia sin fundamento sólido alguno. El porvenir del derrotado Gadafi es, en cierto modo, irrelevante. Más interés y una preocupación más entendible es la que suscita cierta falta de transparencia política de la oposición armada triunfadora.