Jerez

El estramonio también crece en Jerez

Medio Ambiente pide a la población que no ingiera éste ni ningún otro vegetal desconocido que recojan en el campo La planta nace de forma silvestre en riberas de ríos y lagos, escombreras y tierras removidas

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Higuera del infierno, manzana espinosa, berenjena del diablo y revientavacas son algunos de los duros apodos que tiene el estramonio, la planta que tristemente ha salido a la luz por la muerte de dos jóvenes en Madrid tras su ingestión hervida en una infusión y la intoxicación grave de otro chico en Badajoz. Considerada una mala hierba que se arranca de lugares indeseados, el vegetal crece de forma silvestre también en la provincia de Cádiz en riberas de ríos y lagos (donde predomina la humedad) y en terrenos removidos cercanos a núcleos urbanos, como escombreras, vertederos y descampados. «No es una planta súper abundante pero sí habitual en Jerez», confirmó ayer el biólogo conservador del Zoobotánico, Íñigo Sánchez.

De aspecto nada amenazador -hojas grandes y muy verdes y flores blancas en forma de trompetilla, muy vistosa-, el estramonio está naturalizada en toda la península aunque su procedencia es exótica. Concretamente, su llegada a España se produjo tras el descubrimiento de América en 1492 procedente, según diversas fuentes, de México. Allí se había utilizado tradicionalmente en rituales mágicos por su capacidad de generar alucinaciones. «La gente del campo la distingue perfectamente y sabe que es peligrosa aunque no sé si la mayoría conoce sus propiedades alucinógenas», explicó el especialista.

Desde la Delegación Provincial de Medio Ambiente insistieron ayer en la vital importancia de no ingerir este tipo de plantas dado su alto nivel de mortalidad, así como evitar el consumo de cualquier vegetal desconocido recogido en el campo. Un claro ejemplo de los efectos perniciosos de esa ignorancia son las setas, que cada año provocan intoxicaciones en decenas de personas en toda España a pesar de las constantes recomendaciones que desaconsejan esta temeridad.

«La intoxicación por estramonio no es muy frecuente», certificó el biólogo jerezano. Tampoco se tiene constancia de ningún caso reciente en la provincia de Cádiz. No obstante, ocupa uno de los primeros puestos en el ranking de mortalidad en el mundo como planta venenosa ya que no solo crece en España sino en cualquier clima templado del planeta.

Otras 'primas' peligrosas

El estramonio no es la única planta venenosa que crece en Jerez y su entorno. Es más, hay plantas perfectamente integradas en el medio urbano, en parques y jardines, que son letales si se consumen. Es el caso, como recordó Íñigo Sánchez, de las adelfas, cuya ingestión puede provocar la muerte. «Pero a la gente, por fortuna, no se le suele ocurrir comérsela», dijo. Tampoco se deben ingerir la mandrágora o la digitalina (conocida también como dedalera).

El estramonio es la planta más venenosa de la familia de las solanáceas. Su principio activo es la atropina. Solo cinco gramos de la planta puede resultar mortal aunque la dosis letal puede ser incluso menor. La planta florece en primavera y los frutos espinosos se abren al final del verano. De su interior salen las semillas, que son la parte más peligrosa de la planta.

Silvestres

El hecho de que crezcan de forma silvestre hace prácticamente imposible que el estramonio se pueda controlar. Es más, según Sánchez, la iniciativa de algunos Ayuntamientos de buscar y arrancar las plantas tras lo ocurrido en Madrid y Badajoz «es una tarea estéril porque van a volver a crecer rápidamente». El biólogo duda de que se pueda llegar a erradicar mediante esa fórmula ya que ese objetivo requeriría un esfuerzo constante.

La misma explicación ofrecen desde la Delegación Provincial de Medio Ambiente: es imposible de controlar el crecimiento del estramonio.

Efectos de todo tipo

Convulsiones, ceguera, arritmias, problemas gástricos, pérdida de consciencia, coma y la muerte. Hay quien dice que consumir estramonio es como jugar a la ruleta rusa, ya que no se sabe cómo va a reaccionar cada organismo.

Además, los efectos on muy rápidos y en muchas ocasiones, irreversibles. En apenas quince minutos se pueden empezar a notar los primeros síntomas de degeneración del sistema nervioso, por lo que hay que actuar con rapidez.