Un símbolo que se ahoga
CÁDIZ. Actualizado: GuardarEran casi las seis y media de la tarde, y un símbolo de la Bahía se hundía. Lo hacía en el muelle Reina Victoria, en Cádiz, ante los ojos incrédulos de los que veían como un barco tantas veces retratado, pintado o cantado se sumergía en tan solo veinte minutos. Menos de media hora para acabar con una historia tantas veces contadas. «Me voy. Estoy preparando mis cenizas, eligiendo a las personas que han de ir al centro de la Bahía de Cádiz, para esparcirlas allí, desde el Vaporcito 'Adriano III'». Rafael Alberti despedía así 'La Arboleda perdida'. Se acordaba de ese barquito pinturero que para los portuenses tanto ha significado.
Paradójicamente, la historia del 'Adriano' tuvo inicio en otro hundimiento. En la madrugada del día 9 de julio de 1929, en el muelle de las Galeras, explotaba la caldera del 'Vapor Cádiz'. El buque, que cubría el trayecto de El Puerto a Cádiz, se hundió y, por motivos de seguridad, el Ayuntamiento prohibió entonces la línea marítima. Pero, unos días más tarde, llegaba a la ciudad una motonave que había sido construida en el astillero coruñés de Mariños por Antonio Fernández Fernández, gallego emigrado a Cuba. La llamó 'Adriano' en memoria de su difunto padre. El barco había abandonado la travesía por la Ría de Ferrol al ser reclamado en la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Y desde allí, viajó a El Puerto para anclar definitivamente su destino. Al muelle del parque Calderón, arribó pilotado por José Fernández Fernández, hermano del constructor, quien contó con la tripulación de sus hijos: José, Eduardo, Andrés, y de Juan Fernández Sanjuán.
El barquito ha sido fuente de inspiración para muchos artistas. Fue el caso del escritor francés Teófilo Gautier quien perpetuó al 'Adriano' en su 'Viaje por España' y de la añoranza en el exilio de Alberti, además de Caballero Bonald, Felipe Sordo Lamadrid, Fernando Villalón, Antonio Burgos o Fernando Quiñones. También ha sido modelo de los pinceles de Luis Ortega, Castro Thomas, Zampalo, Rafael Bermúdez, José Zamorano, Ángel Pantoja y Costus.
Además, el Carnaval y el cine -como la cinta 'La Lola se va a los Puertos'- se fijaron en su singular imagen. Y otra referencia ineludible, el pasodoble de Los Hombres del Mar que Paco Alba escribió en 1965 y que se ha convertido en un himno especial para toda la Bahía. Donde también se recuerda con cariño a Pepe, el del Vapor (claro). Quizá él pida que su barco vuelva a navegar. Quizá esta sea la oportunidad para que alguien lo reflote. Pero, de verdad.