Costa noroeste

Intervienen cuatro lanchas con dos toneladas de hachís frente a Chipiona

Vigilancia Aduanera sorprendió a los narcos cuando cargaban la droga desde un barco nodriza a diez kilómetros de la costa

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera en Cádiz incautaron ayer casi dos toneladas de hachís en cuatro lanchas pesqueras que fueron sorprendidas en aguas del Golfo de Cádiz, cuando un barco nodriza cargaba en ellos la droga en mitad del mar. Un avión de Vigilancia Aduanera, que sobrevolaba la zona en labores de vigilancia, realizó el hallazgo a las 16.30 horas, a unos diez kilómetros aproximadamente de la costa, a la altura de la localidad de Chipiona. Desde el aire detectaron cómo varias personas alijaban los paquetes, con la forma de los habituales fardos de droga, en cuatro lanchas de unos seis metros de eslora, amarradas junto a él.

Ante las evidentes sospechas de que se trataba de narcotraficantes, se lanzó una alerta a la base de Aduanas en Cádiz, donde se activó un dispositivo por tierra, mar y aire, para dar caza a aquellas barcas. En el operativo se movilizó el helicóptero Argos y la patrullera Milano 2, que iniciaron sendas persecuciones tras las lanchas, que al percatarse de la presencia de los vigilantes aduaneros emprendieron la huida en direcciones distintas, para tratar de que al menos una se salvara.

Huida hacia el muelle

Dos de las barcas pusieron la proa hacia la provincia de Huelva, mientras que las otras dos, se dirigieron la cercana costa de Chipiona para buscar cobijo en el muelle de la localidad, donde quizá tratara de camuflarse entre el resto de lanchas similares dedicadas a la pesca. Sin embargo, el helicóptero y la patrullera alcanzaron las cuatro embarcaciones y apresaron a ocho de sus tripulantes. A bordo de las embarcaciones, después de que los narcos lanzaran parte de la droga al mar, los vigilantes aduaneros lograron recuperar al menos 1.800 kilos de hachís, que fueron trasladados, junto a las lanchas, al muelle de Cádiz.

Las barcas no son las rápidas semirrígidas utilizadas por los narcotraficantes para transportar el hachís desde Marruecos, sino barquillas de fibra de vidrio y unos seis metros de largo, con los que probablemente se pretendía desembarcar el hachís en algún muelle, camufladas como si se dedicaran a la pesca deportiva.