Parker en el súper
El gurú del vino alza un humilde blanco gallego a la nobleza 'gourmet'
Actualizado: GuardarRobert Parker, el gran gurú mundial de la crítica de vinos, tuvo hace tiempo un breve rapto de humildad: «El mayor problema con la gente que no me conoce es que se han creado esa imagen de una especie de coloso, de un monolito de poder, y después se dan cuenta de que solo soy un amante del vino. Disfruto tanto como cualquiera con una botella de diez o quince euros», explicó. Claro que esa mirada comprensiva hacia los vinos asequibles se produjo horas antes de una cena en la que iban a correr por su garganta varios de los caldos más imponentes del mundo, incluido alguno que superaba los 3.000 euros, y eso restó bastante poder de convicción a sus declaraciones. A Parker, seamos realistas, el vino barato no suele gustarle. De hecho, quizá ni siquiera sepa lo que es. Su publicación bimestral, 'The Wine Advocate', apretada biblia para aficionados de todo el planeta, suele hablar de «auténtico chollo» al referirse a botellas de veinte euros, así que la calificación sobresaliente obtenida por el 'Rúa 2010' de la cooperativa gallega Virgen de las Viñas supone algo así como una anomalía cósmica. Porque el 'Rúa' cuesta -o mejor, ay, costaba- euro y medio en el súper.
El 'Rúa' estaba ahí, en la balda de los blancos que compra la gente corriente, y de pronto se ha visto aupado a la nobleza mundial del vino, donde descorchar una botella se convierte en un asunto de cultura, refinamiento y estatus. La guía de Parker califica los vinos sobre 100: a partir de 96 empieza la élite absoluta, el restrictivo reino de los 'Vega Sicilia', 'Pingus' y compañía, pero el escalón inmediatamente inferior, entre 90 y 95, es el de los vinos «excelentes». Y, al 'Rúa', Parker le ha puesto un 90, aunque también es verdad que seguramente Parker no ha llegado a probarlo: el apellido del jefe se suele utilizar como marca de fábrica para un equipo de ocho catadores que se reparte las comarcas vinícolas del mundo entero. España, junto a Sudamérica, Oregón y Washington, es el campo de acción de Jay Miller, también conocido por el apodo de MrBigJ, un psicólogo especializado en terapia de niños, adolescentes y familias que fue abandonando su carrera médica hasta convertirse, a mediados de los 80, en la mano derecha de Parker. Él firma la entusiasta reseña del 'Rúa': «Blanco rico, sabroso, que busca el placer. Seco en el paladar, tiene reminiscencias del 'chablis' rústico pero con un perfil de sabor ligeramente distinto. Beban esta tremenda ganga en el próximo año o dos años», recomienda.
Mezcla de uvas
«Ha sido una sorpresa, desde luego. Es un vino que no pensábamos que entraría: uno tiene la idea de que Parker comenta vinos más selectos», admite Julio Ricarte, el enólogo de la bodega. La cooperativa orensana Virgen de las Viñas, fundada en 1964, tiene 850 socios y 350 hectáreas de viñedo, repartidas por cuatro municipios de las riberas del Sil y el Xares: Petín, O Bolo, Vilamartín de Valdeorras y A Rúa. Hace unos años empezaron a exportar a Estados Unidos su 'Pingadelo', un vino de godello que allí se llama 'Tempestad', para liar lo justo a los americanos, y que también está muy bien valorado por el hombre de Parker, que en su última revisión le ha puesto un 92. El 'Rúa' siguió esa vía abierta a través del Atlántico, un recorrido en el que va acumulando precio hasta llegar a las tiendas estadounidenses por encima de los siete euros. Se trata de uno de esos vinos que se elaboran en Valdeorras aprovechando el microclima mediterráneo de la comarca, con mezcla de uvas palomino, Doña Blanca y godello. «Trabajamos en distintos suelos: pizarrosos, arcillosos y graníticos. Y estamos haciendo el vino a la manera tradicional en esta zona, combinando variedades para que una aporte lo que le falta a la otra. El resultado es tradicional, pero con mucha personalidad», detalla Ricarte, que lo encuentra muy adecuado para maridar con «pescados, mariscos y carnes blancas».
Los vinos que alcanzan el mágico 90 en la guía de Parker están llamados a experimentar un súbito incremento de ventas. Con un precio como el del 'Rúa', la reacción ha sido de locura: la sede de la cooperativa lleva todo el verano recibiendo llamadas de lugares lejanos. Los bebedores con criterio, sea propio o de Parker, están ansiosos por probar el oro barato de Galicia. «Se están poniendo en contacto con nosotros, sobre todo, desde zonas anglosajonas como Australia o Sudáfrica, pero también desde Japón. En Estados Unidos, las ventas se multiplicaron por cuatro de golpe. El problema es que está agotado, no tengo botellas ni yo, así que reservamos para el año que viene. Si nos quedase algo de 2010, podríamos venderlo al precio que se nos antojase, porque la gente no quiere esperar». La producción anual de 'Rúa' oscila entre 400.000 y 500.000 botellas, según las añadas, cuando algunos de sus vecinos de lista rondan las 20.000, y la bodega ya ha logrado colocarlo todo para la próxima temporada. ¿Lo seguiremos encontrando a euro y medio en el súper? «El mercado manda y algo va a subir, pero con los pies en el suelo», se ríe Ricarte.
La 'parkerización'
Casos como el de este blanco de Valdeorras demuestran el poder acumulado por Robert Parker desde que, en 1979, publicó el primer número de 'The Wine Advocate'. Elin McCoy, autora de una biografía del experto estadounidense, argumentaba recientemente que no solo estamos ante el crítico de vinos más importante del mundo, sino seguramente ante el crítico más influyente en un campo determinado, sea cual sea. Su repercusión llega a tal extremo que muchos vinos del mundo se están 'parkerizando', acomodándose a priori a sus gustos para obtener mejores calificaciones y elevar sus ventas, ante el espanto de quienes no comulgan con su criterio. A Parker también se le suele reprochar el sistema de calificación, que lleva a preguntarse qué diferencias esenciales pueden existir entre un vino que obtenga un 89 y otro que saque un 91. Incluso se ha formado un colectivo de profesionales del vino, Score Revolution (algo así como la Revolución de las Puntuaciones), que aboga por la abolición de la quisquillosa escala de cien: «Es una herramienta torpe e inútil para examinar el vino -afirma su manifiesto-. Si el vino es, como creemos nosotros, una cosa subjetiva, sutil y vinculada a la experiencia, entonces por naturaleza no se puede cuantificar».
Pero, contemplados desde Valdeorras, los puntos de Parker son una maravilla y una bendición: «La pena es que la lista salió al final de la campaña... ¡Habría sido estupendo que apareciese en enero! -apunta Julio Ricarte, que ve resuelto el futuro inmediato-. En un mes empezamos a vendimiar y ya tenemos todo vendido. Este reconocimiento ha supuesto para nosotros acceder a un mundo nuevo».