
¿Hay alguien ahí?
El volumen escrito por José Manuel Vela y Sergio Moreno Ruiz recoge leyendas de fantasmas, aparaciones y humanoidesEl libro 'El misterio en Cádiz' reúne los secretos y enigmas mejor guardados de la provincia
Actualizado: GuardarQue la Bahía de Cádiz fue una zona de intensa actividad comercial no es ningún secreto, pero lo que esconde la edad de oro gaditana puede llegar a ser un verdadero misterio. Agustín Ortuño, marqués de Villarreal y Purullena, fue uno de aquellos mercaderes que se enriqueció con el comercio con ultramar y se construyó un bello palacio en El Puerto de Santa María, conservado intacto hasta los años 80.
Sin embargo, al parecer este edificio también fue testigo de una tragedia digna de los mejores dramas 'shakesperianos'. En uno de los muchos barcos que iban y venían de las Indias occidentales llegó un esclavo negro que encandiló a la hija del marqués, doña Juana Ortuño Ramírez. Según cuentan las leyendas, los dos mantuvieron un idilio en secreto del que no tardó en enterarse su padre y éste, enfurecido por el escarnio al que se le sometía, mandó emparedarla en una de las cámaras de palacio.
No se conoce la suerte que corrió el esclavo - algunas versiones apuntan a que logró escapar con vida -, pero algunos testigos que vivían alrededor del palacio aseguran que de cuando en cuando se pueden escuchar todavía los gritos de dolor de la amada y que su figura espectral aún recorre los pasillos y estancias del lugar.
Ésta es una de las muchas leyendas que pueden leerse en el libro de los investigadores José Manuel Vela Martín y Sergio Moreno Ruiz, 'El misterio en Cádiz', que se publicará el mes que viene por Guadalturia Ediciones. Ellos han dedicado todos sus esfuerzos a recopilar y descubrir aquellos casos envueltos en la incertidumbre que abundan por la provincia.
«Hemos intentado hacer una guía para los amantes del misterio» explica Vela cuando se le pregunta sobre el libro. Él es malagueño, pero estudió Ciencias del Mar en la Universidad de Cádiz y movido por la curiosidad científica de sus estudios se propuso desencriptar las leyendas y mitos de la provincia que le dejaron prendado. «Cádiz es rica en historia y este tipo de sucesos suele ocurrir en lugares donde ha habido acontecimientos de mucha importancia», argumenta el investigador.
Vela explica que el volumen tiene una línea divisoria que separa dos tipos de historias. Por un lado, el lector puede encontrar relatos conocidos por los habitantes de Cádiz que han sido documentadas y re-elaboradas con nuevos datos que intentan esclarecer sus puntos más oscuros. Por otro, los autores han realizado una tarea meticulosa recuperando casos que han sido desentrañados de archivos históricos y de la memoria de los más ancianos, para las cuales Vela recalca que el trabajo de investigación ha requerido «muchísimas horas» de estudio y trabajo.
Él asegura que el método seguido es riguroso y científico, derivado de sus estudios universitarios, y que siempre intentan dar una explicación racional y plausible sin afirmar nada de forma contundente. No obstante, para los casos en los que hubiera «una resolución evidente» en el libro aparecería escrita la conclusión que ellos extraen.
'El Lourdes español'
Uno de los casos más llamativos y conocidos es el del hombre pez de la localidad cántabra de Liérganes, que apareció rescatado por un barco pesquero en Cádiz en el siglo XVII. Los gaditanos de entonces no sabían de dónde había salido, pero los testimonios que nos llegan afirman que dicho ser solo repetía continuamente una cosa. Esa palabra era el nombre de su población, desconocida en Cádiz pero que un sacerdote logró identificar. Según Vela, «este hombre tenía una enfermedad por la que se le escamaba la piel y parece ser que era, además, un buen nadador que por algún motivo se adentró en el mar Cantábrico». Para lo que no tiene explicación es la razón por la que acabó llegando vivo a la costa gaditana.
Quizás algo más desconocido para los amantes del misterio es el enigma que esconde la vida de Esperancita, o 'El Lourdes español', como lo denomina Vela. Esperanza Gómez era una mujer afectada por una coxalgia turbeculosa que le impedía andar y fue desahuciada por los médicos. Ella era una devota de la Virgen de Lourdes francesa y acudía en muletas a comulgar, lo que le valió el apodo de 'Esperancita la que comulgaba de pie'. Sin embargo, aparentemente en mayo de 1911 fue a comulgar, como de costumbre, en el altar de la Iglesia Prioral de Puerto Real, dejó caer sus muletas y recuperó la salud, lo que se le atribuyó a la intercesión divina de la Virgen de Lourdes.
Algunos capítulos son totalmente inexplicables y desafían cualquier tipo de lógica. Uno de los que cita Vela es el de los humanoides de las playas de Conil, que, según el co-autor, «salieron del mar y se convirtieron en humanos». Esto podría ser producto de una ilusión colectiva, dice, si no fuera porque además el fenómeno «ocurrió dos o tres veces seguidas». El investigador reconoce, sin embargo, que se han encontrado con unos cuantos casos falsos. «Hay casos de exorcismo que son simples lipotimias. Nosotros intentamos no fantasear», se defiende.
Las historias están divididas por pueblos y los autores intentan sumar esfuerzos para abarcar todo el ámbito provincial. Aunque las historias de Cádiz y las ciudades colindantes son las más predominantes y asombrosas, han encontrado casos reseñables desde la sierra hasta la costa.
Ovnis en Gibraltar
De hecho, Vela encuentra una tendencia entre las distintas zonas. Por un lado estarían las ciudades de la Bahía, ricas en historia y eventos importantes que han marcado su devenir y han servido de contexto para casos de gran tensión. Por otro, se encontraría la zona del Campo de Gibraltar que él considera «especial para la ufología» ya que, de haber visitas extraterrestres, «el estrecho sería un lugar estratégico ideal para vigilar al resto del mundo». Vela se hace eco de lo que le han contado algunos aficionados a la ufología, que aseguran haber visto posarse sobre la catedral de Cádiz un platillo volante.
Para el autor malagueño, una de las ciudades más fascinantes es El Puerto de Santa María. Vela la investiga a fondo en el libro, porque, a su entender «tiene de todo: desde la orden del temple hasta los masones, pasando por historias de celos y venganza». De hecho, confiesa que le apetecería especialmente poder estudiar la Prioral, ya que le parece que sus niveles subterráneos pueden ser «fascinantes».
Como en el caso del Marqués de Purullena, el amor es un motor para los asesinatos más intensos y llenos de odio. Y uno de ellos tuvo como escenario la Iglesia del Carmen de Sanlúcar de Barrameda. María Luisa de Tassara, de 18 años de edad, vivía con su familia desde hacía una década en la localidad, donde el padre, Luis, ejercía la abogacía. En la iglesia, que entonces formaba parte del convento de los Carmelitas descalzos, residía el fraile Pablo de San Benito, un chico joven que estaba locamente enamorado de María Luisa desde hacía un tiempo, algo que la madre, Juana, consideraba indigno.
El 6 de marzo de 1774, madre e hija fueron a la misa de las 11, especialmente concurrida. A la vuelta, el fraile quiso disculparse por su comportamiento ante la madre y le pidió perdón insistentemente hasta que todo el mundo ya se había marchado. Acto seguido, apuñaló brutalmente a María Luisa.
Los autores esperan poder hacer una segunda parte para el libro ya que afirman que se les han quedado muchas historias en el tintero, pero las que ya están recogidas prometen levantar ampollas. Escépticos y aficionados podrán sumergirse en sus páginas para descubrir las leyendas más ocultas de una provincia llena de mitos.