EL TRANVÍA

ANTONIO SALDAÑA

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Vaya por delante que me cae bien. Lo reconozco. Me parece un tipo simpático, preparado e inteligente. Y con capacidad. Gana, además, en las distancias cortas. Me estoy refiriendo a Antonio Saldaña. También debo apuntar que hace tiempo que no hablo con él -es lo que tiene el verano, las vacaciones y unas obligaciones que a ambos nos comen más tiempo del deseable en ocasiones-, así que desconozco cómo se siente y cómo está llevando últimamente sus responsabilidades en el gobierno del Ayuntamiento de Jerez.

No cabe duda de que se ha convertido en uno de los hombres fuertes del equipo de la alcaldesa María José García-Pelayo. Ha hecho falta poco tiempo para comprobar lo que, en cualquier caso, ya se vislumbraba. Y parece haberse adaptado bien a ese papel. Tanto que ya hay quien dice que está llamado a cotas mayores en el futuro, en un futuro, incluso, no demasiado lejano. Pero, como de momento no son más que eso, habladurías, quien suscribe prefiere no especificar más al respecto. El tiempo acabará dictando lo que hay de verdad, o no, en eso.

El de Saldaña es, junto al de García-Pelayo, el rostro que más está siendo expuesto en el nuevo equipo de gobierno. En ruedas de prensa, en comunicados, en actos, a la hora de dar explicaciones... Pese a la escasa experiencia en la primera línea política y en labores de gobierno, ha demostrado tener tablas más que de sobra. Ya lo demostró en el discurso que protagonizó en junio con motivo de la toma de posesión del nuevo Ayuntamiento de Jerez, de lo mejor de la cita.

Sin embargo, destacar a veces puede acarrear problemas. No todo el mundo lo acepta con agrado, ni tan siquiera en ocasiones algunos de los que se supone que están en el mismo barco. Y me cuentan que eso es lo que podría estar sucediéndole a él. Posiblemente también porque en ocasiones le está tocando ejercer el papel de poli malo. Se refieren a un Saldaña más arisco y hasta cortante en ocasiones. No lo sé, sinceramente, pero me cuesta trabajo creerlo. O quizá haya algo de cierto y se trate de un papel desempeñado a conciencia por la razón que sea. O puede que no le quede más remedio si quiere protegerse. No en vano, el reto que ha asumido y lo que le queda por delante es monumental. Gobernar hoy en día el Ayuntamiento de Jerez no debe ser fácil. Personalmente, de hecho, no me gustaría verme en su pellejo ni en el de ninguno de sus compañeros de gobierno.

En cualquier caso, y de eso sí que no me cabe la más mínima duda, sé que es una persona seria, capacitada, preparada, con ambición, a la que le gustan los retos, que gana mucho en las distancias cortas y cuyo empeño es ayudar a que el Consistorio jerezano salga de la ruina en la que está inmerso y, así, sea un poco más fácil que la ciudad recobre poco a poco la normalidad. Y eso es lo importante.