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Honores para los héroes del Doce

La segunda noche de la Fiesta de los Cañonazos transcurrió sin incidentes tras los problemas del miércoles con un generador del escenario Los vecinos de Puntales homenajean a los gaditanos que lucharon en el sitio de Cádiz

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Extraño, como un pato en el Manzanares, que diría Joaquín Sabina. Esa era la sensación que transmitía la marcha de Segunda Aguada a Puntales en honor a los voluntarios que lucharon desde las baterías de las afueras de la ciudad. El mismo punto en el que hace 199 años la sangre, el dolor, el orgullo patriótico y la lucha corrían como la pólvora. Porque eso de que las gaditanas se hacían tirabuzones con las bombas de los fanfarrones, despreocupadas por lo que ocurría al otro lado de la bahía, no es del todo cierto. El sitio de Cádiz estuvo trufado de dureza y de lucha por conservar la ciudad a salvo de gabachos. Y si no que se lo digan a los Voluntarios de Extramuros y a los vecinos de Puntales que resistieron en la zona, asediados por las bombas que en muchas ocasiones sesgaron sus vidas. Por ellos, iba el homenaje de ayer en forma de pasacalles. Eso sí, fuera del pensamiento colectivo se quedaron los sentimientos amargos de aquel periodo histórico. Mejor recordar la heroicidad y la entrega desinteresada de los gaditanos que se entregaron a una causa. Tan solo esas impresiones y la pólvora se revivieron ayer, para algo se celebraba en Puntales el segundo día de la Fiesta de los Cañonazos.

Y para la segunda jornada, uno de los actos más importantes fue ese pasacalles organizado por la asociación histórica Arrabal de Puntales. Una ruta hasta la zona de Segunda Aguada que estuvo compuesta por unos 50 vecinos vestidos a la usanza de principios del XIX. El cortejo lo abría una agrupación musical con marchas militares como 'Heroica' o 'Voluntarios'. Unos metros atrás, avanzaban los vecinos, pertrechados con claveles rojos. Los mismos que quedaron depositados en las llagas de los restos de las baterías de la Segunda Aguada, tras pasar por donde estuvo ubicado el hospital. Un sencillo homenaje «que el barrio ha querido tener con todos aquellos que defendieron la ciudad», como explicaba momentos después de depositar las flores, Isabel Bahamonte, presidenta de la asociación Arrabal de Puntales.

Tras unos segundos de pausa en los restos de la fortaleza, el desfile siguió su curso hacía la Avenida de la Bahía. Allí, tras unos metros de recorrido de sonrisas y saludos, la comitiva llegaba a su destino: el barrio de Puntales. El mismo que recuerda en estos días su pasado de casas de madera asentadas sobre puntales de madera en las arenas.

Lo hizo de forma alegre y actual con el mercado, las casetas y las actuaciones en los escenarios ubicados junto al Club Alcázar y en la plaza central de Puntales. Y es que anoche si hubo ocasión de disfrutar con la copla de Juan Santiago tras el incidente de la velada del miércoles. «El problema fue que le reventó al motor al generador que proporcionaba energía al escenario. Eso obligó a atrasar la actuación a la espera de que llegara otro generador nuevo. Al final, la actuación de Yona no fue todo lo bien que hubiéramos querido. Por eso le reclamaremos daños a la empresa que nos suministró los generadores», puntualizó el presidente de la Unión de Comerciantes, Salvador Muñoz. Nada que no quedara resuelto y que borrara la sonrisa de los vecinos de Puntales. Orgullo de barrio para el punto más guerrillero de Cádiz.