Los rebeldes, ayer, en el barrio de Bab al-Aziziya. :: P- BAZ / AFP
MUNDO

Las tribus, clave en la estabilidad nacional

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Con más de 140 tribus, organizadas en clanes y sistemas familiares que estructuran la sociedad libia a través de alianzas y sentimientos de pertenencia, las tribus van a tener un importante papel en mantener la estabilidad de Libia tras la caída, ya casi consumada, del régimen de Muamar el Gadafi. Las rivalidades entre las diferentes tribus, la mayor parte de ellas fuertemente armadas desde que estalló la guerra civil, puede convertir a Libia en un polvorín, por lo que los nuevos líderes de la transición, advierten los analistas, deberán realizar un ejercicio de integración.

En 42 años de régimen, el líder de la Yamahiriya tuvo que hacer filigranas para mantener al complejo sistema tribal libio unido. Utilizó la mano dura, pero también un sistema de prebendas y recompensas que premiaban la fidelidad de sus líderes. Con la antigua estrategia del «divide y vencerás», Gadafi instigó las intrigas intertribales para intentar conseguir que la única alianza posible fuera con el régimen.

Con el alzamiento de los rebeldes, la situación cambió, y numerosas tribus se apresuraron a apoyar a los opositores en su lucha contra las fuerzas del régimen. El Consejo Nacional de Transición (CNT), una amalgama de exiliados políticos, islamistas, tecnócratas del antiguo régimen y nacionalistas, ha intentado que las diferentes tribus del país tengan representación en este órgano que, por ahora, va a asumir la transición política de Libia. Pero no todas están a bordo.

Algunas de las principales tribus del país, como la Warfalla, que cuenta con un millón de miembros (de los 6,4 millones de habitantes del país), han apoyado prácticamente hasta el final al régimen del dictador.

Otras más pequeñas, como la tribu Gadafa, centrada en la zona de Sirte y de donde procede el dictador, están completamente asociadas al coronel y su familia, por lo que pueden ser percibidas por los rebeldes como una amenaza o como un grupo contra el que descargar venganzas.

El antecedente que supone la muerte el pasado julio del comandante del Ejército rebelde Abdelfatah Yunes, asesinado en circunstancias que aún no han sido aclaradas, pero que apuntan a rivalidades o ajustes de cuentas dentro de la amalgama de la oposición, es alarmante. Pero, también apuntan los expertos, más del 90% de la población libia vive en ciudades, donde la fidelidad tribal se ha suavizado.