Una vocación que no se jubila nunca
Actualizado: GuardarNatural de Dúrcal (Granada), Trinidad López emigró muy joven a Cataluña. Allí estudió enfermería y trabajó en varios hospitales de Barcelona. Tras realizar el noviciado llegó a Cádiz con solo 24 años. Ha trabajado dieciséis años en el Hospital de la Cruz Roja de Jerez, formó parte de la plantilla del Hospital de Mora de la capital y estuvo en el Universitario de Puerto Real. Desde hace nueve años su dedicación ha sido completa para el Hogar Gerasa. Impulsora del comedor de María Arteaga en Cádiz, quienes la conocen destacan su «dedicación plena a los enfermos». Tras toda una vida de vocación y trabajo que no conoce la palabra jubilación, los afortunados por tener a Sor Trinidad muy cerca de ellos serán, a partir de septiembre, los ancianos de un geriátrico de Lebrija.