Sociedad

«Siempre veo el vaso medio lleno porque hay que bebérselo»

La banda murciana presenta mañana en Cádiz 'Para no ver el final', un trabajo con "tintes oscuros" y buenas dosis de soul Carlos Tarque Líder de M-Clan

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Casi 20 años, la mitad de su vida, lleva Carlos Tarque (Santiago de Chile, 1969) siendo la voz de M-Clan. La banda murciana, considerada como una de las mejores del país, aterriza en Cádiz mañana para presentar 'Para no ver el final', el octavo disco de estudio de un grupo que en la actualidad está formado solo por Tarque y Ricardo Ruipérez. Buenas dosis de soul y blues, country y pop, al abrigo de un rock que a veces desgarra, otras empuja. M-Clan en estado puro.

-Por fin vuelven a Cádiz...

-Pues sí, por fin. Hace por lo menos 10 años que no estamos en la capital y más o menos lo mismo en el resto de la provincia. Por eso Cádiz es la ciudad de esta gira donde más ganas tenemos de tocar.

-Llegan con la gira 'Para no ver el final', un disco que ha definido como de contrastes.

-Se trata de nuestro octavo disco de estudio y podemos ya decir que M-Clan es un grupo maduro, bastante serio. Es un álbum con un trabajo de instrumentación impresionante con un toque de soul muy nuestro, es un disco de rock clásico.

-¿No se refería entonces a las letras? Las hay muy luminosas y optimistas y otras nocturnas...

-Es cierto, el disco tiene una cara más nocturna y solitaria, de blues, más dramática. Pero también hay una parte digamos más esperanzadora. Puede que tenga un 60- 40 % de cada lado. La mayoría del disco es noche, consiste en acostumbrarte a esa nocturnidad, tiene un un tinte oscuro. No nos hemos alejado para nada del rock, solo que tiene más blues y folk, más metal, tiene un corte clásico. Creo que todas estas cosas están presentes en muy pocos grupos de España.

-'Memorias de un espantapájaros' supuso un punto de inflexión en su trayectoria, ¿lo consideran su mejor disco?

-No lo sé, tardamos tres años en hacer un disco, había que caminar y tener fe. La primera etapa fue mucho más 'underground', más sureña; teníamos la fuerza del principio. Después, llegamos a ser más comerciales, la etapa del 'Carolina' y todo eso. Pero hubo un momento en que sentimos que esa fase ya había llegado a su fin. No fue algo consciente, hicimos un recopilatorio y afrontamos la siguiente etapa. Ahora no sentimos presión por las discográficas, hay más relax para ser nosotros mismos.

-Pero para nada M-Clan ve el final de su carrera, ¿no?

-Uno marca su camino, hemos hecho nuestra carrera como hemos querido. Nadie nos ha dicho lo que teníamos que hacer y hemos realizado nuestros proyectos. Son eso, proyectos que se suceden unos tras otros, no le veo el final.

-Dice que ya no está preocupado por las ventas. Una señal de esto es que ya no tiran de 'Carolina' en los conciertos.

-Hacemos dos horas de conciertos y tenemos muy buenos temas y muy populares. Unas veces tocamos 'Carolina' o 'Llamando a la tierra' y otras no. No queremos que en nuestro repertorio haya temas imprescindibles.

-¿Cómo se lleva el título de mejor cantante de rock español?

-Me da igual, me halaga, ni siquiera pienso que lo sea. No hay nada que marque que uno sea mejor que otro, cada uno lo es en su rollo. Que sea considerado como un buen cantante me parece bien, los críticos lo sabrán. Lo que yo sé es que hay mucha gente que trabaja mucho. El que viene sobrado de fábrica no tiene tanto mérito para mí.

-Le venía a usted de fábrica, imitaba a Jackson de pequeño...

-Es cierto que me encanta la música desde muy pequeño, siempre he estado cantando, para mí es algo natural. Lo curioso es que me daba vergüenza hacerlo en público...

-Han arrasado en los 'Veranos de la Villa de Madrid'. La crítica los tilda de «músicos negros», ¿tan bueno o diferente es a la música española?

-Por supuesto que estamos influenciados por la música de los EE UU, el blues, el rock... Pero para mí eso es un adjetivo facilón. Somos un grupo español, tocamos soul en castellano y no es ni mejor ni peor. No intentamos imitar a nadie.

-Es de los que ve el vaso medio lleno o medio vacío.

-Medio lleno, porque hay que bebérselo.

-Se lo pregunto porque en los Premios de la Música tenían muchas nominaciones y solo lograron un premio.

-Me dan igual los premios, para mí no representan la realidad de la calle. Es cierto que es chocante, verse en los medios como el gran favorito y, de repente, convertirte en el gran perdedor. Pero insisto, para mí no son nada representativos.

-Una de tópicos, ¿los rockeros son todos unos irreverentes o simplemente es que no se callan por nada?

-El rock es una vía de escape humano, más allá de la música. Los artistas son especiales, no lo hacen por triunfar, algunos piensan que es un profesión rara. Eso sí, hay panaderos que tienen mucho arte, que saben interpretar la vida.

-¿Se ha arrepentido alguna vez de algo que haya dicho?

-Muchas, la última ahora mismo.

-Su libro recién publicado tiene un título que refleja las tres formas de estar en el mundo, 'Sótanos, Tierra, montaña rusa'...

-Entre las tres representan el equilibrio. Los sótanos son lo oscuro, lo escondido, la tierra guarda las sensaciones más terrenales y la montaña rusa es eso, los vaivenes, la electricidad. Tengo muchas más poesías, la verdad es que me ayudan mucho a escribir canciones.

-Se vinieron abajo con la muerte de un compañero Pascual Saura. ¿Influirá en su forma de entender la música?

-Es una baja, te deja un vacío, además una muerte tan extraña... El disco ya estaba dedicado a otro compañero fallecido, pero seguro que la pérdida de Pascual queda reflejado, casi sin querer, en la forma de cantar el disco.