TV MOVIES
Actualizado: GuardarSeguramente usted ya se habrá enterado: Telecinco quiere hacer una 'tv movie' con la vida de la Baronesa Thyssen. Y lógicamente a Tita Cervera no le interesa. No quiere y tratará de impedirlo. Si se hace será la enésima 'tv movie' que llevará a la pequeña pantalla vidas de famosos. Parece que o nuestros guionistas no tienen una idea mejor que desarrollar, o que el morbo del espectador es insaciable. Se han hecho miniseries sobre personajes de la farándula como Lola Flores o Marisol, sobre acontecimientos y sucesos recientes (del 23 F hemos tenido una auténtica sobredosis), sobre el accidente en Barajas del avión de Spanair (uno de los grandes fracasos de Telecinco), con supervivientes y familiares de víctimas en contra, o sobre el secuestro y liberación de la colombiana Ingrid Betancourt, que TVE ha ofrecido en dos viernes consecutivos de agosto, después de que durante varios meses pasease la miniserie por festivales y mercados. Parece que pronto no quedará un suceso que no se haya llevado a la televisión, ni un famoso al que una cadena no meta el dedo en el ojo contando su vida, quiera o no.
La práctica de llevar a la televisión sucesos recientes debidamente ficcionados viene de Estados Unidos. Allí, donde este tipo de telefilmes posee una calidad mínima, que contrasta con el excelente nivel que han alcanzado en muy pocos años series de enorme prestigio, es bastante habitual encontrar en los créditos la frase 'basada en hechos reales'. Pero en América estas historias no suelen estar en confrontación con sus verdaderos protagonistas. Lo habitual es que estos escriban una novela y los guionistas acuden a este material, sin preocuparse de más. Aquí no es así. Si alguien no quiere que su vida sea llevada a la televisión, sea la duquesa de Alba o la baronesa Thyssen, mejor. Lo importante es crear polémica, armar bronca. ¿Y los resultados? Pues a la vista están. La mayor parte de estas 'tv movies' han pasado sin pena ni gloria. Son productos en los que interesa más el morbo que la narración, desechando crear un producto de calidad. Seguro que ahora la mente calenturienta de algún directivo de televisión está buscando qué nuevo suceso se puede llevar a la pantalla, de forma barata y con el suficiente morbo.