Cartas

Crisis

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Al comienzo de la crisis se decía que no se trataba solo de una crisis económica, sino una general de valores, de costumbres, de planteamientos... Ha transcurrido un tiempo y las cosas siguen igual o peor. Se han emprendido reformas de tipo económico, pero para mayor gloria de bancos y mercados. Ninguna que suponga mejoras conceptuales o de orden social. Se sigue apostando por un modelo económico basado en el crecimiento de las economías, es decir, de los bolsillos de los poderosos. El BCE presta el dinero a bancos e inversores al 1%, y estos se lo prestan a los estados al 5% o 6%; es decir, el «forre». Ya se sabe que el dinero es como la energía. Ni se crea ni se destruye. Únicamente cambia de mano. Si el dinero va a la mano de los poderosos, ¿de qué mano sale? Pues, sencillamente, de la de los ciudadanos de a pie. No hay más ecuaciones. Mejor será que empecemos a cambiar nosotros y nuestros planteamientos. De momento, este otoño tendremos la oportunidad de votar a alguien que nos cuente algo diferente... claro, si es que hay alguno.