González, ante el Cristo de la Buena Muerte, en la Catedral Castrense de Madrid. :: ALBERTO FERRERAS
Sociedad

Una legión de fieles

La imagen sale por primera vez de Málaga para procesionar hoy junto a Benedicto XVI por las calles de Madrid El Cristo de la Buena Muerte participa en el Vía Crucis

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Cristo de la Buena Muerte es uno de los grandes protagonistas de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en la que es la primera salida fuera de Málaga de su historia. Decenas de miles de fieles, entre ellos la infanta Elena, pasaron ante él durante los tres días que ha estado expuesto y custodiado por la Legión en la Catedral Castrense. A ellos se sumarán los millares de personas que hoy le rendirán tributo en la undécima estación del Vía Crucis que celebra el papa Benedicto XVI en el Paseo de Recoletos.

El hermano mayor de la Pontificia y Real Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas de Nuestra Señora de la Soledad, también conocida como la Congregación de Mena, Antonio Jesús González, consideró un «hito histórico sin parangón» el que la imagen «haya salido por primera vez de su tierra, de su Málaga». Según explicó, todos los miembros de su congregación «están muy orgullosos» de la llamada del papa a las Jornadas Mundiales de la Juventud «para que -el Cristo- sea partícipe de la undécima estación del Vía Crucis».

El otro protagonista del paso es su escolta. Una escuadra formada por legionarios del Tercio Alejandro Farnesio de Ronda (Málaga) acompañaron al Cristo durante los tres días que estuvo ante el altar mayor de la Catedral Castrense y lo harán en sus traslados por Madrid, «junto a una banda de cornetas y tambores, igual que se hace en Málaga todos los jueves santos».

Para el responsable de la Congregación de Mena, haber llevado fuera de Málaga la imagen que veneran es «una experiencia personal y colectiva increíble». «Hemos recibido el cariño de todos los madrileños y de los que no son madrileños, incluso de aquellos que vienen de otros países, a los que la imagen del Cristo de la Buena Muerte conmueve», dijo Antonio Jesús González, que destacó que la misma talla «tiene una carga devocional muy importante. Para eso no hay nada más que mirar a los ojos al Cristo, para ver cómo él, de alguna manera, te llama al recogimiento y a la devoción».

González recordó las palabras del cardenal Herrera Oria, que fue obispo de Málaga, que decía «que la misión de un cofrade está cumplida cuando solamente cada uno de los que vean en la calle al Cristo le pidan o le recen un Padre Nuestro. Y creo que, aquí, habrá más de uno que lo haya hecho eso».

Ante el pontífice

Otro de los hitos es que Benedicto XVI será el primer papa que tendrá delante al Cristo, lo que «es también muy importante para la Congregación», destacó el hermano mayor, que agradeció al cardenal Antonio María Rouco la invitación a tomar parte en la JMJ y expresar, junto al resto de los pasos trasladados a Madrid, una muestra de la «religiosidad popular» española. «En ese sentido vamos a estar a la altura de las circunstancias como buenos cristianos que somos», dijo.

La imagen que está en Madrid no es la que esculpió en el siglo XVI el artista Pedro de Mena y Medrano. La original «desapareció en los sucesos de mayo de 1931, en Málaga, con motivo de la quema de conventos. Posteriormente, en 1942, el escultor Francisco Palma Burgos -autor del trono del Cristo de Medinaceli de Madrid- hizo esta imagen», explicó González.

En los años 20, la Legión adoptó al Cristo como su «protector». «Desde entonces desfilan con nosotros miembros del Tercio y son ya más de 80 años, solo interrumpidos por la Guerra Civil», relató el hermano mayor.