Economia

El temor a una nueva recesión siembra el pánico en las Bolsas europeas

El Ibex-35 cerró con una pérdida del 4,7%, la segunda mayor caída del año, y acabó en 8.317 puntos, aunque llegó a perder el 6,5%

MADRID. Actualizado: Guardar
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Fundido en rojo. El descalabro de las Bolsas europeas fue ayer de los que hacen época, por el pánico de los inversores a que la economía de los países desarrollados se oriente hacia otra recesión y pueda arrastrar también a los emergentes. Todo cuanto podía ir mal -desde la evolución de los indicadores de coyuntura a las estimaciones de los expertos en el sector financiero, pasando por la reacción a los proyectos anunciados por los políticos- fue peor. En el parqué de Madrid, el Ibex cerró con una pérdida del 4,7%, la segunda mayor caída del año, y acabó en 8.317 puntos. Llegó a caer más, hasta un 6,5% en los momentos más tensos. Londres cerró con retroceso del 4,49%, y otros salieron aún peor parados. París se vino abajo un 5,48% y el principal indicador de Fráncfort sufrió un desplome del 5,82%.

El sector bancario sufrió un durísimo castigo. En Francia, Societé Générale registró pérdidas del 12,34%, el banco belga Dexia cedió el 13,96% y Credit Agricole perdió el 7,29% mientras los retrocesos de BNP-Paribas y Natixis superaron el 6%. La ola de desconfianza afectó igualmente a los títulos bancarios británicos, porque Barclays Bank se dejó nada menos que el 11,7% y HSBC retrocedió un 6,16%. El alemán Commerzbank se hundió el 10,75% y el Bundesbank sufrió un desplome del 7,22%. Entre los italianos, la caída de San Paolo superó el 9% y la de Unicredit, el 7,22%.

A la inquietud por el deterioro de la economía mundial se sumó el recelo de los inversores, que conocieron, a través del diario 'The Wall Street Journal', la preocupación de la Reserva Federal norteamericana por la capacidad de las filiales norteamericanas de bancos europeos de mantener un nivel adecuado de liquidez en el caso de que sus casas matrices se vean forzadas a repatriar capitales. En comparación con otras plazas europeas, los bancos españoles salieron bastante mejor parados: el Santander perdió un 4,08% mientras BBVA cedió el 5,76%, la caída del Popular fue del orden del 6% y la del Sabadell se limitó al 4,7%.

Pero en el parqué madrileño el desplome también afectó a todos los valores habitualmente más negociados, desde los energéticos a las telecomunicaciones. La petrolera Repsol YPF cedió el 5,24%, la eléctrica Endesa perdió el 5,03%, Gas Natural retrocedió el 4,71% y Telefónica perdió el 4,76%.

Pese a la determinación del Banco Central Europeo de sostener la deuda con sus compras en los mercados secundarios, la prima de riesgo de España se contagió de este clima de nervios e incertidumbre. Y así subió desde los 277 puntos básicos hasta rozar los 300. Tras el cierre de las Bolsas europeas, el rendimiento de los bonos españoles a diez años volvía a superar el 5% hasta situarse en el 5,031%.

Informes negativos

La desconfianza de los inversores se propagó a lo largo de la jornada, alimentada de informes como el publicado por el banco de negocios Morgan Stanley, que ha recortado la previsión de crecimiento de la economía mundial este año y el próximo -la de 2011 la deja en el 3,9% frente al anterior 4,2% y la de 2012 queda reducida al 3,8%, siete décimas inferior a la estimación previa- porque toma en cuenta la desaceleración ya registrada en Europa y EE UU-. Con ligeros avances del 1,7% este año y de apenas el 0,5% el próximo, la zona euro «ronda peligrosamente la recesión», apuntaron los autores del informe. El término «peligrosamente» provocó sudores fríos en los operadores de los mercados.

El presidente del Consejo europeo, Herman Van Rompuy, rechazó estas estimaciones. Declaró en Oslo que, en la zona euro, no hay a la vista «ninguna nueva recesión», ni tampoco una previsión de retroceso del Producto Interior Bruto, pese a la desaceleración registrada en el segundo trimestre y los pesimistas datos más recientes. «El crecimiento puede ser más débil de lo esperado», admitió el ex primer ministro belga en rueda de prensa. Van Rompuy está a punto de ser promovido como el principal dirigente del gobierno económico de la zona euro, a la luz de las propuestas lanzadas por Merkel y Sarkozy. Pero los inversores no han concedido mayor credibilidad a sus manifestaciones.

Las Bolsas de valores, que habían iniciado la sesión con marcada desconfianza, recibieron la puntilla con la apertura de los parqués norteamericanos. Los inversores del otro lado del Atlántico tomaron en cuenta tanto el hundimiento de la actividad industrial en la región de Filadelfia, como un aumento de las inscripciones en desempleo durante la pasada en una cifra de 400.000, bastante más elevado de lo previsto, o el desplome de la venta de viviendas usadas junto al repunte de los precios el pasado julio.