Un grupo de rebeldes recorre una calle de la ciudad de Zauiya, al oeste de Libia. :: AFP
MUNDO

Los rebeldes libios ya se sienten ganadores

Los sublevados, que se niegan a negociar con las fuerzas de Gadafi, mantienen que derrotarán al régimen «en dos semanas»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los rebeldes no negocian. Siete meses después del alzamiento ven la victoria cada vez más próxima y niegan cualquier tipo de acercamiento a la cúpula del régimen para buscar una salida dialogada. «No hay contactos oficiales, ni extraoficiales con Muamar Gadafi o con el enviado especial de Naciones Unidas (en referencia a la presencia de Abdellah al-Khatib en Túnez)», aseguró desde la ciudad de Bengasi Mustafá Abdul Jalil, presidente del Consejo Nacional Transitorio (CNT), en una comparecencia en la que valoró los avances militares de sus fuerzas, que en las últimas 72 horas ya se han colocado a las puertas de la capital. Abandono del poder y salida del país son las dos exigencias que la oposición reclama desde el primer día al dictador y Abdul Jalil dejó claro que son «innegociables».

Los avances en el plano militar de los últimos días han devuelto el optimismo a una oposición que espera terminar con esta guerra «en el plazo de dos semanas», según Mansur Saif al-Nasr, enviado especial del CNT a París. Este mismo pronóstico fue lanzado desde Bengasi por el portavoz del máximo órgano político opositor, Abdelhafidh Ghoga, que marcó «el final del mes sagrado del Ramadán» como la fecha en la que el coronel Gadafi dejará el poder y abandonará el país.

Contra todo pronóstico los rebeldes han aprovechado el Ramadán para desbloquear la situación logrando acercarse a apenas 50 kilómetros de la capital. Mientras prosigue la lucha por consolidar el control sobre las ciudades estratégicas de Zauiya y Gharyam, ambas puntos estratégicos de paso en las rutas de suministro de Trípoli desde el oeste y el sur, los líderes rebeldes ya trabajan en un hoja de ruta para llenar el vacío de poder que ocasionará la salida de Muamar Gadafi del poder después de 42 años.

El calendario en el que trabaja el Consejo Nacional de Transición marca un plazo de ocho meses para la celebración de unos comicios de los que saldrán los nuevos representantes encargados de liderar la transición, y entre ellos no habrá espacio para altos funcionarios del antiguo régimen, adelantó el presidente del CNT, Mustafá Abdul Jalil, exministro de Justicia del dictador que también se apartará de la escena política. Tras la caída del régimen de Gadafi también se pondrá en marcha la cuenta atrás para la celebración de un referéndum para aprobar una nueva Constitución que podría celebrarse en un plazo de veinte meses.

Trípoli rodeada

Los mandos rebeldes esperan expectantes la reacción de los ciudadanos de Trípoli. Unos ciudadanos que llevan varios meses aislados y sometidos a la propaganda de unos medios oficiales que empiezan a informar de la proximidad de «los enemigos», pero insisten en la inminencia de una contraofensiva que «limpiará las ciudades de criminales».

Como ha ocurrido en otras partes del país, los rebeldes esperan que su proximidad aliente al pueblo a vencer el miedo y echarse a las calles de la capital para unirse a la revolución, aunque parece que Gadafi sigue contando con un buen número de seguidores, por lo que la toma de la capital se presenta como toda una incógnita.

De momento se combate por el control total de Zauiya, donde los francotiradores de Gadafi siguen defendiendo la refinería de petróleo, el régimen mantiene el control sobre el fundamental paso fronterizo a Túnez de Ras Jdir -zona a la que se han dirigido las unidades gadafistas que hasta ayer defendían Tiji y Badr de donde salieron ante el empuje rebelde y su progresivo aislamiento- y confía en la lealtad de algunas ciudades como Sirte, localidad natal del dictador y principal escollo para el avance de las fuerzas rebeldes desde el oeste.

Desde Sirte se lanzó precisamente el primer misil Scud contra las unidades sublevadas en el desierto de Brega, aunque no provocó víctimas. El objetivo a corto plazo es aislar la capital por tierra, del aire y el mar se encarga la OTAN cuyos bombardeos han dado la llave de Trípoli a las fuerzas de los rebeldes.