Socialistas y populares abren la precampaña en el Congreso la próxima semana
Zapatero buscará el apoyo para las medidas económicas urgentes que aprobará mañana el Consejo de Ministros
MADRID. Actualizado: GuardarSocialistas y populares protagonizarán la próxima semana su primer debate de la precampaña electoral en el Congreso de los Diputados. José Luis Rodríguez Zapatero comparece ante el pleno por primera vez desde que el 29 de junio anunció que las elecciones generales se adelantaban al 20 de noviembre y lo hace para reclamar a todos los grupos su apoyo para convalidar las medidas para acelerar la reducción del déficit que mañana aprobará el Consejo de Ministros.
La sesión parlamentaria será a todos los efectos el arranque anticipado del nuevo curso político, que estará marcado por una auténtica campaña electoral de tres meses y por una actividad frenética en las Cortes, que tienen que intentar aprobar una decena de leyes con reformas estructurales para dinamizar la actividad económica antes de que las cámaras queden disueltas el 27 de septiembre.
Zapatero ha preferido elegir él mismo el terreno de juego antes de que el resto de grupos, comandados por el PP, le arrastrasen la próxima semana a comparecer a la fuerza en un pleno extraordinario antes de septiembre y además le impusiesen el orden del día.
El presidente del Gobierno comunicó ayer al presidente de la Cámara Baja que quiere acudir cuanto antes al hemiciclo con un doble objetivo: ratificar los decretos de reformas que su gabinete aprobará el 19 de agosto y hacer un análisis de la situación económica española y de las convulsiones financieras que han zarandeado a la deuda pública y a las bolsas en la primera quincena del mes, así como de las medidas y planes que han acordado los líderes europeos para frenar los ataques de los mercados y salvar el euro.
El decreto gubernamental incluirá un sistema de recaudación anticipada del Impuesto de Sociedades y un plan pactado con las autonomías de reducción drástica del gasto farmacéutico, mediante el uso masivo de medicamentos genéricos, con los que espera rebajar el déficit público del Estado en unos 5.000 millones de euros adicionales y cumplir el objetivo de dejarlo en el 6% del PIB a final de este año.
Segundo paquete
Las medidas tendrán su continuación en el Consejo de Ministros del 26 de agosto, donde se espera que se apruebe una flexibilización del contrato laboral a tiempo parcial y, muy posiblemente, la prórroga por otros seis meses de la ayuda que se le concede a los parados que se quedan sin prestación alguna y que buscan empleo de forma activa.
También es posible que el Gobierno use ambas reuniones del gabinete para acelerar la salida a concurso de buena parte de las obras públicas que tiene programadas hasta final de año, con la finalidad de anticipar la inversión pública y tirar del empleo en una economía con un crecimiento muy débil.
La petición de comparecencia se produce después de que el pasado 10 de agosto el PP solicitase la presencia urgente de Zapatero en el Congreso para que informase de qué planes tiene para afrontar los graves problemas de la economía, solicitud que se iba a debatir y a aprobar en una diputación permanente extraordinaria que la cámara iba a celebrar la semana próxima.
El Ejecutivo, en un primer momento, criticó la demanda popular y apostó por aplazar el debate hasta septiembre, ya dentro del período de sesiones ordinario de las cámaras, para evitar una imagen de «excepcionalidad» que pensaba que en nada beneficia a la credibilidad exterior del país. Sin embargo, no tardó en darse cuenta de que otros grupos parlamentarios como CiU, PNV o IU podrían apoyar la comparecencia inmediata pedida por los populares, lo que le ha llevado a dar el primer paso.
Pese a haber tomado la iniciativa, Zapatero ya se puede imaginar lo que le esperará en el pleno. Seguramente podrá convalidar el decreto, pero Mariano Rajoy le va a acusar de ser un presidente interino que no ejerce sus obligaciones y que no está dispuesto a adoptar las medidas que precisa el país, por lo que le exigirá la convocatoria inmediata de elecciones para que un nuevo Ejecutivo pueda tomar las riendas antes de noviembre. Del resto de grupos tampoco debe esperar ya capote alguno. La legislatura está acabada, ya no hay pactos ni intereses que salvaguardar y todos los grupos están en campaña electoral.