Internet, la gran cuna de los emprendedores

La figura del emprendedor se ha revalorizado en tiempos de crisis. Ante falta de financiación económica, es de vital importancia encontrar caminos que conduzcan a una salida con el menor riesgo económico posible. «El emprendedor no se hace, se nace», cuenta Gonzalo Madrano que ha lanzado al mercado textil una nueva línea de camisetas bajo la marca 'Carademono'. «Es necesario arriesgar no solo mirando los aspectos económicos de cualquier idea, también intentar hacer lo que te gusta y te motiva», apunta. Esta pasión por poder desarrollar la vocación profesional es compartida por Salvador García, de la empresa Salvarte. «Renuncié a un buen puesto de trabajo en Madrid en una gran compañía por vivir en mi tierra, Cádiz, y poder poner toda mi dedicación y empeño». El autónomo no entiende de horarios, de vacaciones, ni de días libres, «cuando estás inmerso en lo que te gusta no te importa echar todas las horas que hagan falta para seguir trabajando», señala.

El contacto con otros empresarios es primordial para tener apoyo y para impulsar una buena idea. Éste el caso de Daniel Carrasco que utilizó sus contactos en Tarifa para crear una gran base de datos en internet sobre todo lo que puede ofrecer este municipio a habitantes y visitantes. Ni siquiera hace falta un ordenador, «lo tienes todo en el móvil, a través de una aplicación del teléfono».

Una visión, una idea, un proyecto. Esto es lo que une a estos tres valientes emprendedores que desarrollan su labor desde tres localidades gaditanas distintas pero que han visto en la Red la herramienta principal para su trabajo. Internet se ha convertido en la gran plataforma de las empresas para darse a conocer y ahorrar gastos. Uno de los socios de la empresa de diseño Babbla, Ernesto Pérez, recalca que la utilización de la Red abre las puertas a cualquier negocio, permite ampliar la cartera de clientes y abaratar costes.

Las clásicas reuniones de idas y venidas son sustituidas por videoconferencias con lo que el empresario se evita tiempo y dinero en desplazamientos innecesarios. Gonzalo Medrano, como buen vendedor, echa de menos el contacto humano, pero reconoce que «todo mucho más fácil y puedes llegar a mayor número de clientes potenciales».