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La vendimia menos rentable
Cada vez son más los viticultores que optan por reducir la producción para poder subsistirMás de 1.600 hectáreas se han arrancado en el Marco ante la imposibilidad de hacer frente a los costes del cultivo
JEREZ. Actualizado: GuardarEl paisaje del Marco de Jerez va cambiando a pasos agigantados. Cada año la tierra le va comiendo terreno a las parcelas de viñas, que antes predominaban de manera abrumadora. Según los datos facilitados por fuentes del sector, más de 1.600 hectáreas han sido arrancadas o abandonadas este año ante la imposibilidad de los agricultores de hacer frente a los costes.
Es el triste destino del viñedo y de sus propietarios, que en algo más de una década han visto como los ingresos por el precio de la uva han quedado reducidos a una cuarta parte, en el mejor de los casos, cuando consiguen vender sus cultivos. «De más de 100 pesetas -los viticultores siguen utilizando la antigua moneda cuando hablan de precio del fruto- hemos pasado a cobrar unas 25 y así es imposible mantener los cultivos. Tenemos que ponerle dinero de nuestro bolsillo», asegura uno de los muchos agricultores que padecen esta situación, ya que es bastante común que las cooperativas acumulen al menos un par de cosechas anteriores sin colocar en el mercado.
Basta recordar que hace unos años se vendimiaban más de 10.000 hectáreas, mientras que para esta campaña se estima que serán recolectadas unas 6.500.
Es la radiografía más clara de la realidad para muchas fincas del Marco ubicadas en Jerez, Sanlúcar o Trebujena. Atrás ha quedado la rentabilidad de un sector muy arraigado en la zona. Cientos de pequeños propietarios no tienen más remedio que romper con una tradición familiar, heredada de generación en generación desde hace mucho tiempo, que les hacía mimar la uva durante todo el año, con muchas horas de trabajo y costosos tratamientos, para luego intentar vender las cosechas a las bodegas jerezanas. Pero los costes continúan siendo los mismos que en épocas de bonanza y por tanto el beneficio no solo desaparece, sino que da paso a importantes pérdidas.
Causas
Al escaso precio que se paga por la uva se une el excedente de producción y la bajada en las ventas del sector del vino. Forman parte de la cadena de causas que ha motivado la agonía del viñedo.
Su desaparición se convierte en la única salida para que los agricultores no pierdan más dinero. La Unión Europea lleva varios años subvencionando el arranque para intentar frenar la caída en picado del sector. Sin embarco no todos los viticultores pueden acceder a esta partida a cambio de dejar sus campos sin viñas. Algunos han tenido incluso que hacer frente a los gastos que supone acabar con el cultivo para poner fin a la sangría económica.
La crisis del sector está acabando además con la profesión de viticultor. Cada vez son menos los que conocen a la perfección las labores especializadas que requieren los viñedos, pues los jóvenes han optado por otros trabajos menos sacrificados y más rentables económicamente hablando, mientras los mayores se jubilan.