Varias integrantes de la ONG lloran en la calle'. :: FRAN JIMÉNEZ
sucesos / valladolid

«Me quedaban cuatro papeles para que me dieran la acogida»

Otra de las antiguas empleadas del centro vallisoletano tiene acogido desde hace unos meses en su casa a otro menor

VALLADOLID. Actualizado: Guardar
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«Dile a David que ha vuelto a nacer», le decían las que han sido sus compañeras para intentar consolar a la extrabajadora que desde hace unos meses tiene en su casa acogido a David, el cuarto niño que vivía junto a Daimer, Miguel y Víctor en el hogar para niños con graves discapacidades psicofísicas que la ONG Mensajeros de la Paz Castilla y León tiene en el número 1 de la calle Almendro de Boecillo. «¿Cuántas veces ha vuelto a nacer ya?» -les preguntaba desconsolada la 'mamá' de David- «Decidme, ¿cuántas?». Sus compañeras no tenían respuesta... ni para ella ni para nadie. «¿Qué queréis que os digamos? Los niños eran lo mejor del mundo», proclamó una de las ex trabajadoras que se acercó al lugar de los hechos, momentos después de conocer la noticia.

«A los niños no nos los van a devolver. Si nos los pudieran devolver, hablaríamos», manifestaron varias de las presentes al unísono. Y es que el hogar de la calle Almendro era el hogar de una pequeña gran familia.

«Me quedaban cuatro papeles para que me dieran la acogida», confesó otra de las ex trabajadoras allí presentes. 'Cuatro papeles' y Víctor, de 3 años, el más pequeño de los tres fallecidos, como David, seguramente tampoco hubiera estado en el hogar de la calle Almendros la fatídica noche del domingo. Parapetada tras unas gafas de sol oscuras, la mujer encargada de la comida y la limpieza en el hogar de acogida estaba desconsolada. No dejó de llorar y lamentarse durante las casi dos horas que permanecieron a escasos metros del lugar de los hechos.