BORRAR DEL MAPA
Actualizado: GuardarComo no hemos conseguido reducir la pobreza vamos a acortar la Guía Michelín. Las cuentas públicas no salen y para evitar la miseria de tantos y tantos pueblos, según algunos pensadores adictos, no hay más que una solución: que haya menos municipios. La verdad es que en España hay muchísimos. Quienes los han contado aseguran que son 8.114. La idea de borrar a algunos para aligerar los mapas de las carreteras nos llega de Italia, pero no todas las cosas plagiadas del «itálico modo» han cuajado entre nosotros. No es lo mismo el soneto que el racionamiento, ni son comparables Petrarca y Berlusconi. Don Silvio, impulsado por el ultimátum del Banco Central Europeo, decidió que había que fusionar muchos Ayuntamientos. En España abundan los que tienen menos de 1.000 habitantes, pero hay que tener en cuenta que cada uno de ellos es de su pueblo.
La reforma de la organización territorial ha sido siempre muy engorrosa y acabó siendo catastrófica, ya que el catastro es muy voluble y no suelen coincidir el padrón y el censo, pero ahora los catetos dependemos de Bruselas. ¿Cómo acometerán las Diputaciones la transformación? Tanto el exangüe Gobierno actual como la Oposición no ven urgente eso de suprimir pueblos minúsculos, cada uno con su campanario y sus puntuales cigüeñas. La iniciativa también habría cabreado al atónito Azorín, que jamás habló de los «palurdos» y creía que todos se hablaban de usted.
Los mercados mandan y la ola de ajustes llega hasta las comarcas más secas, nacidas en cartografías de cuero. «Áspera y espléndida España» que decían nuestros antepasados, cuando eso que se denomina amor al terruño no se consideraba un sentimiento ridículo. Si los impagos se siguen disparando morirán muchas localidades pequeñas y la próxima generación no podrá hacer constar el nombre del sitio donde vino al mundo. Su pueblo ya no se llama. Eso sí que es desmemoria histórica.