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Rafa Nadal se ve sorprendido por el croata Dodig y naufraga en Montreal

El manacorí fue decayendo en su juego hasta caer eliminado en el primer partido, algo que no sucedía desde el año 2007

MADRID. Actualizado: Guardar
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El guion se cumplía a la perfección. Rafa Nadal vencía plácidamente, y jugando francamente bien, a Ivan Dodig. Con 6-1 y 3-1 para el de Manacor, todo parecía encarrilado para que sellase su pase a la tercera ronda del Masters 1.000 de Montreal. Sin embargo, el número dos del mundo confirmó que su mente es humana. Ofreció más oportunidades de la cuenta al tenista croata y este no se arrugó. Fue de menos a más en el partido, cogió confianza en el resto, especialmente en el servicio, y confirmó lo que nadie esperaba: la derrota del exnúmero uno en su vuelta a las pistas tras la final de Wimbledon, por 1-6, 7-6 y 7-6. Algo muy inusual, pues el balear llevaba desde 2007 sin caer eliminado tras jugar un solo partido.

En el primer set, Nadal fue un vendaval. Su derecha corría, su saque funcionaba y su juego parecía no resentirse por las vacaciones veraniegas. Además, el número 41 del mundo, muy agarrotado y presionado, apenas inquietaba al seis veces campeón de Roland Garros. Con este panorama, el acto inicial fue puro trámite para Nadal, que lo cerró por 6-1.

Todo fue bien hasta el quinto juego del acto, el que trastocó el partido. En ese momento el croata rompió el servicio del número dos del mundo, lo que le permitió poco a poco ir mejorando las prestaciones de su tenis, por entonces escondido. Sus golpes desde el fondo de la pista fueron siendo menos erráticos, y, sobre todo, su saque se convirtió en un arma letal.

Si en el primer set apenas hizo un 'ace', al final del partido había realizado 19. Su servicio fue mejorando a la par que empeoraba Nadal. A partir de ahí, el 'tie break' se hizo inevitable y la segunda manga fue para el balcánico.

Perdonó a su rival

En el tercer parcial, de nuevo, el español volvió a perdonar a Dodig. Llegó a ponerse hasta en dos ocasiones con un 'break' favorable, pero el croata no cedió en su empeño. El pupilo de Toni Nadal se colocó con 5-3 y saque para cerrar el partido, una situación perfecta. Sin embargo, su oponente se agarró a la pista y le devolvió la rotura. El croata le había perdido el respeto. Ya no tiraba nada. No regalaba puntos innecesariamente. Era seguro desde el fondo y su saque contrarrestaba cada buen golpe del balear. Y se consumó la sorpresa. En una nueva muerte súbita, Dodig daba la campanada y vencía al bicampeón de Wimbledon, que había disputado todas las finales de los Masters 1.000 de este año.