Sarkozy, durante la reunión de urgencia de ayer en el Elíseo para tratar nuevas medidas contra la crisis. :: DENIS / AP
Economia

Europa se aprieta aún más el cinturón

Francia también acelera el recorte del déficit en un intento de evitar el contagio de la crisis de la deuda

MADRID. Actualizado: Guardar
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Adiós a la pausa vacacional de mediados de agosto. Junto al parón del crecimiento, la mancha de la sospecha del incumplimiento de las cuentas públicas se extiende por Europa. Para hacer frente al acoso de los mercados, al menos tres gobiernos europeos, los de Francia, Italia y también España, han convocado decisivas reuniones internas en los días 17 al 24 de agosto, en los que concretarán las medidas para disciplinar las cuentas públicas y reducir el déficit. No es un empeño fácil, bajo el acecho de un nuevo episodio de ralentización económica, y los vientos poco propicios que soplan al otro lado del Atlántico.

Pero nadie quiere que las agencias de calificación le señalen con el dedo. Tres países europeos -Grecia, Irlanda y Portugal- están en fase de rescate por la dificultad de cumplir sus compromisos. Se encuentran sometidos a estricta vigilancia los otros dos -Italia y España-, que aún servían de parapeto. También Francia se ha visto ahora en primera línea de la ofensiva especuladora.

Para cortar de raíz los rumores de degradación de su deuda y evitar el contagio de la crisis, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, y el primer ministro, François Fillon, interrumpieron las vacaciones de verano y celebraron un encuentro con el presidente del Banco de Francia, Christian Noyer, y otros responsables, al término del cual anticiparon que el 24 de agosto el Gobierno galo anunciará las «decisiones definitivas» adoptadas para cumplir en plazo el compromiso de reducir el déficit público. Los ministros podrán aportar nuevas propuestas para garantizar el cumplimiento de los objetivos, iniciativas que serán sometidos a análisis el próximo 17 de agosto.

Sarkozy celebró las medidas de ajuste adoptadas por España e Italia, y se declaró partidario de la intervención del Banco Central Europeo en apoyo de la deuda de estos dos países, justo lo contrario que han manifestado los políticos alemanes de la coalición que lidera la canciller Merkel. Y el Ejecutivo de galo no ocultó su interés por iniciativas como la consagración en una norma constitucional del objetivo de equilibrio presupuestario. Italia lo tiene en cartera, aunque no está claro que pueda sacarlo adelante.

El Gobierno galo reafirmó el compromiso de reducir su déficit público, que se eleva al 5,7% del Producto Interior Bruto este año, hasta dejarlo en el 4,6% de esa magnitud el próximo y alcanzar el 3% -el techo de desviación presupuestaria admitido en los programas europeos de estabilidad- en el ejercicio 2013. Se considera irrenunciable que Francia mantenga este calendario si quiere conservar la calificación crediticia 'triple A', la que exhiben los países más solventes del mundo, porque en los últimos días abundan los rumores sobre el riesgo de que pueda perderla.

Medidas en Italia

El Gobierno italiano ha tenido que renunciar al 'ferragosto', la tradicional pausa vacacional de mediados de agosto. Presionado por el Banco Central Europeo, que le ha impuesto condiciones para comprar deuda del país transalpino en el mercado secundario, y atenuar así la presión especuladora, el Ejecutivo de Silvio Berlusconi convocó a empresarios y sindicatos para negociar los ajustes. El gobierno conservador de Silvio Berlusconi adoptará antes del 18 de agosto nuevas medidas económicas de austeridad como respuesta a la crisis por la deuda desatada por los mercados, Entre las nuevas iniciativas se han mencionado un impuesto adicional sobre la segunda vivienda, el retraso de la edad de jubilación para vincularla a la esperanza de vida o el aumento de la fiscalidad de las rentas del capital financiero y el patrimonio.

En España, el Gobierno ya ha ratificado el compromiso de recortar el déficit hasta el 6% del PIB este año, y ahora busca aumentar su margen de maniobra con el adelanto del Impuesto de Sociedades que pagan las grandes empresas -un alivio de apenas 2.500 millones por la vía de mayores ingresos- y a través del recorte en el gasto farmacéutico, que puede rebajar en unos 2.400 millones los desembolsos. Pero la disciplina presupuestaria tropieza con dos obstáculos: los problemas de financiación de autonomías y ayuntamientos y la más que probable ralentización del crecimiento. El Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero prepara toda su artillería para sacarla en los consejos de ministros del 19 y 26 de agosto, con el fin de cerrar el ejercicio sin sobresaltos. Un menor crecimiento de lo previsto es una constante de los países europeos. El Banco de Inglaterra bajó ayer su previsión del Producto Interior Bruto inglés para 2011, desde el 1,8% al 1,4%, y lo atribuyó a los riesgos vinculados a la crisis en la zona euro.