El joven muerto por la Policía en Tottenham no llegó a disparar

La Policía Metropolitana lanzó ayer un llamamiento a la «calma» después de que los primeros análisis determinaran que Mark Duggan, cuya muerte por la Policía el jueves terminó desatando los disturbios del sábado en Tottenham, no disparó a los agentes. La Comisión Independiente de Quejas de la Policía (IPCC) estableció que la bala alojada en la radio de uno de los coches patrulla, atribuida inicialmente a Duggan, corresponde a un subfusil policial, a la espera de que este dato sea confirmado por la investigación posterior que deberá estar concluida para el 12 de diciembre próximo.

Todos los agentes implicados en la operación que terminó con la muerte de Duggan, considerado delincuente por la Policía, están apartados temporalmente del trabajo en la calle. El joven, de 29 años y padre de cuatro hijos, murió por un disparo en el cuello cuando se desplazaba en taxi por Tottenham y era seguido por las fuerzas de seguridad, en el marco de una operación para reducir la presencia de armas de fuego entre la comunidad negra del barrio.

Su familia se ha declarado «profundamente afligida» por la violencia desatada durante los últimos días en Londres, pero quiere saber «la verdad sobre la muerte de Mark».