Bares y restaurantes alertan de un desastroso 30% de bajón en ventas
El descenso de ingresos se suma al del verano anterior y llega al 50% si se computan los dos últimos años
Cádiz Actualizado: GuardarDe la sensación al análisis y del estudio a las cifras. La percepción de que la campaña veraniega de hostelería en la provincia es peor que la anterior y mucho más pobre que todas las de la década precedente ya tiene cifras.
La asociación que agrupa a los bares y restaurantes en la provincia de Cádiz, la patronal Horeca, fija ya la caída en un preocupante 30% respecto al verano anterior. «A eso hay que sumar que ya en 2010 se produjo un retroceso del 20% respecto al año precedente».
El descenso, si se considera el periodo 2009-2011, es por tanto del 50%. A efectos prácticos, y según el balance mencionado por Antonio de María, presidente de la entidad patronal, los datos del mes de julio vienen a contar que, como media, los locales dedicados a la hostelería en la provincia tienen la mitad de ingresos que hace dos veranos. Para esta asociación, la situación es de «emergencia» puesto que aboca al cierre a decenas de locales que irán echando la baraja por última vez durante los próximos meses, tras haber vivido un verano que no ha reportado los ingresos suficientes para resistir la temporada baja.
La hostelería, solo en la Bahía de Cádiz, está relacionada directamente con más de 18.000 empleos regulados, por lo que Horeca considera que los cierres de pequeños negocios pueden provocar un efecto considerable en el ya dañado tejido socioeconómico de la provincia, uno de los territorios que soporta mayor tasa de desempleo en toda España y en la Unión Europea, con un porcentaje del 30% según la Encuesta de Población Activa.
Una pequeña esperanza
Horeca matiza que el alarmante descenso de ingresos responde a los datos acumulados del mes de julio, el primero de los dos que tiene la temporada alta de turismo playero del que se abastece la provincia de Cádiz. Aunque advierte que «habrá que esperar a final de agosto para tener los datos concretos», admite que las cifras de julio y de la primera semana de agosto hacen temer un grave retroceso en un sector que resulta básico para la economía de la provincia.
A este balance formal, aunque provisional, se suman las voces de otros colectivos de comerciantes y de numerosos empresarios que, a título particular, hablan de descensos de entre el 40 y el 50% respecto al verano anterior. Es el caso de la Asociación Cádiz XXI y de una decena de industriales con uno o más locales en el Paseo Marítimo que consideran que el porcentaje de retroceso que maneja Horeca, aunque parece desastroso, aún se queda corto. Tanto las asociaciones que representan a hosteleros como los empresarios que hablan a título particular aseguran que resulta urgente que se produzcan encuentros de trabajo entre la administración municipal, la autonómica y todos los colectivos implicados para debatir posibles medidas que pongan freno a una situación de caída libre en cuanto a los ingresos de hostelería. Afirman que los datos del descenso y su influencia directa en el empleo suman gravedad suficiente como para justificar esos encuentros.
Contraste con la ocupación
Lo más chocante de la situación, sea o no tan desastrosa como aseguran los afectados, es que contrasta con los datos de ocupación en la provinci. Mientras que el gasto en hostelería se desploma en todo el territorio, el número de camas ocupadas y de visitantes se recupera. La misma patronal hostelera de la provincia confirma que el pasado año se produjo una notable recuperación en el número de alojamientos. Superó la barrera del 90% de capacidad en el verano de 2010, lo que los expertos consideran un «lleno» a efectos técnicos. Eso supuso un crecimiento de cuatro puntos respecto al estío precedente y el segundo año consecutivo de recuperación. Este año, los primeros datos de julio apuntan a que el porcentaje de ocupación puede quedarse en cifras cercanas al 90%, o registrar un descenso mínimo, siempre menor a un diez por ciento. Sin embargo, los ingresos en la hostelería, en ese mismo periodo siguen la dirección contraria y se desploman entre un 30 y un 50%, según el número de años analizados.
Antonio de María asegura que en ese desequilibrio de cifras hay motivos estructurales. Por ejemplo, la ciudad de Cádiz apenas tiene 1.500 camas hoteleras y sin embargo multiplica por diez las de alojamientos en alquileres. El nivel de ocupación, en esta ciudad y en otras, no tiene una influencia directa en los ingresos de la hostelería.
Para explicarlo gráficamente, De María aporta como ilustrativas anécdotas que «los que están haciendo el agosto son los supermercados, porque los visitantes cenan en el piso» o que se han detectado casos insó-litos como «que la recepción de algún hotel de cinco estrellas ha tenido que parar a repartidores de pizzas cuando iban a entregar pedidos a las habitaciones».