Cuatro funcionarios vigilaban a 86 presos del módulo donde hubo la fuga
La Policía busca en Jerez a Rafael P. C., un especialista en el robo con escalo que simuló un accidente para pedir ayuda tras escaparse
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLas prisiones portuenses están en el punto de mira. Un asesinato y una fuga en menos de una semana son demasiadas incidencias graves para ni siquiera poder apelar a la conflictividad lógica que existe en unos recintos que albergan a algunos de los delincuentes más peligrosos del país. Por eso, los cinco sindicatos con representación en la cárcel de Puerto II emitieron ayer un comunicado donde detallaban algunas de las circunstancias que favorecieron la escapada de Rafael P. C.; un preso que logró escalar desde un patio interior hasta el techo para bajar después por una conducción de los cables de televisión y finalmente cruzar la última valla metálica que cierra el perímetro de la cárcel, por debajo, «sin más problemas, ya que cuando la colocaron no la sellaron en su base».
Este delincuente de 29 años cumple condena por robo con escalo. Su especialidad es trepar por las fachadas para acceder a sus objetivos y desvalijarlos. Estaba, por tanto, entrenado para protagonizar la primera fuga que se produce en Puerto II desde la inauguración del centro hace 27 años. Ahora la Policía Nacional lo busca por Jerez ya que hasta allí se dirigió nada más fugarse. Tampoco le faltó sangre fría para acercarse hasta una venta próxima, pedir un vaso de agua y simular que acababa de tener un accidente con una moto. Un cliente que estaba allí picó en el anzuelo y cuando le dijo que se dirigía hacia Jerez, le ofreció un hueco en su coche para trasladarlo hasta la localidad jerezana. No sabía que estaba ayudando a un interno de la cárcel a escaparse.
El comunicado emitido ayer por los sindicatos viene a ahondar en el déficit de funcionarios que tiene Puerto II. Rafael P. C. estaba ingresado en el módulo de reincidentes, uno de los que tiene mayor vigilancia precisamente por el tipo de internos que alberga. Pese a ser de los más controlados, en el momento de producirse la fuga había solo cuatro funcionarios vigilando a 86 presos. La ratio es aún peor en las zonas reservadas para los presos comunes, donde hay días que tres funcionarios deben controlar los movimientos de un centenar de reclusos.
Déficit de personal
Por suerte para estos empleados, Puerto II dejó de ser una de las prisiones más hacinadas del país con la apertura de la vecina Puerto III. En estos momentos hay 820 internos, pero antes de la inauguración de la macrocárcel gaditana, Puerto II llegó a superar el millar de reclusos. Los colchones en el suelo y celdas compartidas por tres personas fueron algunas de las soluciones de urgencia y motivo de numerosas denuncias de los funcionarios.
Pero fuentes del centro penitenciario insisten en que pese a mejorar la cifra de ocupación, se mantiene la misma plantilla de empleados (unos 300, de los cuales se encargan de la vigilancia 28 en cada turno). Los sindicatos calculan que se necesitan 35 trabajadores más para garantizar una seguridad eficaz.
Rafael P. C. también contó con tiempo antes de que se detectara su marcha. Los funcionarios denunciaban ayer que tardaron hasta tres horas en visionar las imágenes de las cámaras de seguridad para saber por dónde había salido, porque «nadie tenía acceso mediante código a la memoria de la grabación». El preso además aprovechó varias zonas oscuras donde no llegan las cámaras para poder salir sin ser visto. Los sindicatos recordaban también que la escalada protagonizada por Rafael P. C. se pudo haber evitado simplemente con la instalación de una «concertina o alambre de espinos».
Por último, en el comunicado se trasladaba a la opinión pública el apoyo a los funcionarios que estaban el pasado jueves de servicio, «respaldando la profesionalidad que demostraron».