HASTÍO

Inmersos estamos en el hastío caluroso de este año, uno más, uno menos. Por cierto, antes de nada, ¿no da como mal rollo que los Estados Unidos estén al borde de la recesión? ¿Sí, no? La verdad es que yo no lo llevo nada bien. Que nuestra prima del pueblo esté en riesgo, lo puedo aguantar, siempre ha sido una inconsciente; que Grecia esté en ruina, por ejemplo, lo podemos asumir; que seamos líderes en consumo y tráfico de cocaína, no es plato de buen gusto, pero se soporta con la cabeza bien alta; ahora bien que el gran referente de la seguridad se tambalee es preocupante. Esas imágenes de Obama hablando por teléfono de cable con cara de circunstancia, que vimos en la prensa, no me gustaron nada. ¿Con quién Habla Obama? Se supone que él es el mandamás del mundo; ¿hablará con Dios?

Igual le está pidiendo consejo a Gila, sería un consuelo, señal de que le queda sentido del humor. Porque, vamos a ver, que tontos no somos, hasta el más optimista sabe que estamos viviendo el fin del mundo, ahí están las señales: volcanes en erupción; la boda de la duquesa de Alba; el Barsa pierde partidos de fútbol; la llegada de Bildu a las instituciones; se anuncian apasionantes debates entre Rajoy y Rubalcaba; etc. Esto se acaba, de acuerdo, pero hasta eso lo podemos asumir si al final aparece un yanqui entre los escombros y se dirige a su casa donde le espera su mujercita abrazada a los sus dos hijos.

¿Quién va a recibir a los extraterrestres el día del apocalipsis y les va a contar por señas que aquí hubo una civilización? Eso sólo lo puede hacer un hijo de los EE.UU. No quedaría bien que el último superviviente humano fuese un italiano, o un portugués con sombrero, por ejemplo. Ni siquiera Rosa Benito, ahora que sabe lo que es sobrevivir, no me la imagino humillándose ante un ovni. Estoy más asustado que un venezolano en las listas de espera para recibir quimioterapia, viendo como su presidente la toma fuera de casa, por si acaso. Abogo por un fin del mundo organizado, y si hay que pagar se paga, rescatemos el dólar. Pasen buen día.