ODRIOZOLA Y SU 'COTO DE CAZA'
Actualizado: GuardarLo dijo en su día el mítico José María García, un periodista al que siempre admiré desde pequeño por su manera directa de decir las cosas y por su valentía, que tal vez en más de una ocasión se tornaba en osadía. Su tocayo Odriozola había convertido «el atletismo español en su coto privado de caza».
No soy nadie para juzgar la veracidad de estas palabras, tampoco su papel al frente de la Federación Española en las más de dos décadas que lleva de mandato. Qué duda cabe que el pontevedrés ha conseguido numerosos logros para este deporte.
Pero, desde fuera, como aficionado al atletismo con el privilegio que me otorga mi condición de periodista deportivo, me desagradan enormemente muchas de las situaciones que se han producido últimamente alrededor de una disciplina tan perseguida y castigada que tiene que cargar con la lacra del dopaje. Y siempre, Odriozola ha estado por medio en todas ellas.
Lo último han sido las palabras de la velocista de origen colombiano Digna Luz Murillo en el Campeonato de España que se ha disputado este fin de semana en Málaga, en las que pedía que la dejasen competir en paz. Sus acusaciones de racismo al ser apartada del equipo español tras conocerse que se había entrenado con el archienemigo de Odriozola, Manuel Pascua, provocaron que la RFEA, a través de la figura del presidente, conminara a la atleta a que se pronunciase al respecto de dichas acusaciones, ratificándolas o desdiciéndolas.
Son casos, situaciones, historias e intrahistorias que, desde luego, al simple aficionado no hacen más que quitarle las ganas de disfrutar del espectáculo. Para nada entiendo la postura y los más que conocidos enfados de Odriozola. Creo que un presidente de una federación debería estar más pendiente de defender a sus deportistas, de vender sus logros, antes que de perseguir tramas de fraude o de entrar en batallas sin sentido.