Un rebelde libio enseña a otro compañero a utilizar un lanzagranadas. :: COLIN SUMMERS / AFP
MUNDO

La guerra total de los rebeldes libios

En las ciudades, el desierto o las montañas, los tres frentes contra las fuerzas de Muamar Gadafi comparten miserias y éxitos

NALUT. Actualizado: Guardar
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La revolución se ha convertido en los últimos seis meses en una guerra con tres frentes muy diferenciados y distanciados entre sí. Los rebeldes pelean en el desierto (Brega), ciudad (Misrata) y montañas (Nafusa) con el objetivo de llegar a Trípoli y consolidar su proyecto alternativo al régimen que controla el país desde hace 42 años. «Son tres guerras muy diferentes y la clave para resistir está siendo que cada uno está luchando en su lugar de origen, en el ambiente que mejor conoce», asegura el doctor Mohamed del hospital de la ciudad de Nalut que, como muchos jóvenes, combina su trabajo con la línea del frente.

Otro de los denominadores comunes es la falta de experiencia del ejército rebelde, las distintas facciones con sus agendas particulares, la censura a los insuficientes ataques de los aviones de la OTAN y la falta de armas adecuadas. Este último punto está mejorando gracias a la cooperación internacional y la llegada de armamento a Bengasi, «por eso es el frente más consolidado, las nuevas armas se llevan directamente a la primera línea y se instruye en su manejo en situación real. Una vez probadas se distribuyen en Misrata y Nafusa, pero el proceso es muy lento y llegan con cuentagotas», informa Adam, responsable del Consejo Nacional Transitorio (CNT) que tras cuatro meses en Bengasi se encuentra en Nalut siguiendo de cerca los progresos militares.

La presencia de dos hijos de Gadafi al frente de las tropas que combaten en Brega y Misrata significa que allí se encuentras las unidades de élite del Ejército. Jamis -al que los insurgentes dieron por muerto el viernes- y Al-Moutessem luchan en primera línea y «a diferencia de los rebeldes, las unidades libias se forman con soldados que no luchan en sus lugares de origen», asegura Adam, que añade que «los mercenarios extranjeros se han replegado definitivamente a la capital y forman el último cinturón de seguridad».

Los expertos militares rebeldes consultados consideran que el flanco gadafista más débil es el de las montañas, «aquí es donde se está avanzando de forma más regular y sin perder posiciones», pero echan de menos una mejor coordinación entre todas las localidades de la montaña, ya que «cada uno hace bastante la guerra por su cuenta».

En estos momentos el objetivo común de los contendientes es la localidad de Tiji sobre la que se espera una ofensiva conjunta en las próximas horas, «aunque allí hay gente que es de Gadafi, los medios de Trípoli les lavan el cerebro diciendo mentiras como que somos unos terroristas de Al-Qaida que vamos a acabar con sus vidas, mentiras para sembrar el pánico y que no se revelen», censura Osama, exjugador de fútbol profesional que decidió pedir asilo en Dinamarca en una gira con la selección nacional.

Ha cambiado el balón por el Ak-47 y forma parte de la Brigada Trípoli en la que cientos de jóvenes que han huido de la capital reciben formación militar para enfrentarse al enemigo.