Ciudadanos

«Lo que buscan es acabar con la tradición y la fiesta de Cádiz»

Los gaditanos piensan que detrás de la reducción de los módulos está la intención de poner fin a las barbacoas

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Están a favor o en contra de la celebración de las barbacoas en la playa de La Victoria pero la gran mayoría de los gaditanos que fueron preguntados ayer por este periódicos afirmaron que detrás de la reducción de los módulos donde se permite encender las brasas hay una intención «clara» de poner fin a la fiesta. Así lo sentenció ayer David Alejo, quien llegó a la playa a las siete de la mañana para evitar que le quitaran el mejor sitio. «Esto es una atrocidad», contó mientras distribuía las toallas de forma estratégica sobre la arena para ganar más espacios sin que la policía pudiera decirle nada. «A la gente de Cádiz le gusta mucho participar de esta tradición y sin embargo se la están cargando». David reconoció que hay muchas personas que lo dejan todo sucio «pero también hay un buen número de gaditanos que respetamos la playa y dejamos todo recogido. Nosotros mismos traemos bolsas de basura no solo para nosotros, también para repartirlas, porque queremos que las barbacoas se sigan celebrando». Otro joven que compartió esta opinión fue Pedro Crufeira, quien tuvo claro que «la reducción de módulos progresiva persigue cargarse la tradición del Trofeo». Para Pedro «es una pena que cada año nos quiten una parcela» pero esto no les va a impedir «que nos lo pasemos bien y que sigamos viniendo cada verano porque si no estamos aquí si que se va a perder la fiesta».

Más pesimista se mostró Francisco Caballero, quien está convencido de que «será cuestión de dos años o tres que dejen de celebrarse porque no hay sitio para ellas». Francisco lamentó que acaben con un tradición, pero «se ha perdido parte de la esencia de la fiesta porque antes era algo más familiar, no como ahora, que solo vienen a beber».

A Jordan Camello no le preocupó tanto la celebración como los peligros que puede entrañar estar «tan juntos todos». «Todo el mundo sabe que hay gente que viene a beber y que cuando se reduce el espacio los roces pueden ser más frecuentes de lo deseado, por lo que un simple empujón puede terminar en una pelea». Jordan pidió que «el año que viene vuelvan a ampliar este espacio porque las barbacoas atraen a un buen número de visitantes y forma parte de la tradición de la ciudad», una costumbre «que no debemos consentir que se pierda».

En este mismo sentido se manifestó ayer Aitor Ciordia quien avisó de que igual «es peor el remedio que la enfermedad». Aún así, Aitor manifestó que «algún motivo tendrá el Ayuntamiento para acotar las zonas, pero por lo que yo he visto estos últimos años, la gente suele ser bastante civilizada».

Con la voz de la experiencia habló ayer Carmen Fernández Aragón, quien por un lado se mostró comprensiva con la celebración de la fiesta, pero por otro se estaba contenta con la reducción. «Viene mucha gente de fuera y no tienen respeto por la playa ni cuidado ninguno, por lo que reducir el impacto es una gran idea». Sin embargo, esta gaditana afirmó que «el espacio que se ha dejado es bastante reducido y puede que haya problemas porque no caben todos».