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Los ecologistas alertan de los vertidos incontrolados de las fosas sépticas

CHICLANA Actualizado: Guardar
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Municipios como El Puerto de Santa María o Chiclana superan las 25.000 edificaciones sin licencia, servicios ni control urbanístico. En sus términos municipales se vierten miles des cúbicos de aguas negras cada año, sin que nadie lo controle.

Este hecho se produce, según alertan los ecologistas, por culpa de las numerosísimas fosas sépticas o agujeros más o menos seguros que se utilizan para acumular la porquería que sale de las casas.

Un cálculo somero habla de una fosa séptica por vivienda, aunque en muchas parcelas segregadas sin permiso pueden encontrarse varios de estos habitáculos, que en ocasiones son de hormigón y que en otros casos se limitan a excavaciones mal terminadas que filtran al subsuelo parte de su contenido.

El boom constructivo de las últimas décadas en la provincia ha hecho que el uso de este tipo de infraestructuras se haya generalizado. «Es más barato construir una fosa que engancharse a la red general de saneamiento».

Así lo aseguran miembros de entidades ecologistas de la provincia. Los profesionales de la construcción coinciden. «A medio y largo plazo, si las fosas sépticas no están bien aisladas o no se vacían correctamente, puede haber problemas de filtraciones».

En Chiclana, urbanizaciones como Rana Verde han comenzado dentro de un incipiente proceso de regularización, a implantar servicios básicos que pongan freno a «un problema sanitario de primer nivel». Las canalizaciones y tuberías de la red general llegarán a ésta y a otras zonas. Pero quizás sea tarde. El subsuelo y los acuíferos podrían estar contaminados para entonces.