«Las estrellas de ahora no me conmueven»
El artista presenta en Cádiz su último álbum, 'Solo Rot', donde fusiona el rock con la música popular argetinaAriel Rot Músico
CÁDIZ. Actualizado: GuardarMaduro y sosegado, Ariel Rot exhala experiencia y sabiduría en cada palabra. Pocos artistas pueden decir que llevan más de media vida en la música y sus palabras lo acreditan. Aunque 'los roqueros nunca mueren' y su trabajo puede dar buena fe de ello, lejos quedan sus etapas en Tequila y Los Rodríguez, que no duda en calificar como dos de los grupos más relevantes de la historia de la música española. Hace unos años volvió a reunirse con Alejo Estivel para rescatar la esencia de Tequila, pero se muestra entusiasmado con esta etapa «dulce» que vive ahora en solitario. Solo, «totalmente solo», viene a Cádiz a demostrar lo que diferencia a un verdadero músico de una estrella del momento. Lo hará mañana por la noche, de la mano de un álbum fresco y roquero, que mira con placer a la música popular de su Argentina natal.
-El año pasado lanzó 'Solo Rot'. Parece que la nueva ortografía le ha beneficiado para el juego de palabras que encierra el título...
-Sí (risas), aunque no la conozco mucho. El título me sirvió de inspiración para el espectáculo que ahora llevo en el que voy solo, aunque me acompañen tres instrumentos. He reducido mi show a su máxima expresión.
-¿Qué importancia da a las palabras?
-Es fundamental cuidar las letras. Bob Dylan decía: 'cuida las letras que la música ya se cuida sola'. Mis maestros fueron Joaquín Sabina y Sergio Makaroff, gente que pone los textos en un lugar principal. Cuando cuidas las letras, la canción se engrandece.
-¿Cuesta mucho quitarse de encima la herencia de haber pertenecido a dos bandas míticas en la historia de la música?
-No es algo que me preocupe. Forma parte de mi pasado, no tengo por qué borrarlo. Que todavía sigan de actualidad sus canciones es un milagro que se da pocas veces en la música. Te hace sentir orgulloso.
-¿No perjudica a la hora de labrarse una carrera en solitario?
-Es cierto que siempre me preguntan por Tequila y Los Rodríguez pero a la hora de componer y plantear un show no siento que sea un lastre. Siempre es difícil salir de una banda, sobre todo si no eres el cantante, y labrarte una carrera en solitario, pero cuanto más importantes sean las bandas, tienes más hecho el camino. En mi caso, estas son una medallas que llevo con mucho orgullo, sobre todo porque era muy joven entonces.
-Lleva más de media vida en la música. ¿Cuál fue la etapa que recuerda con más cariño?
-A nivel de popularidad, tuvimos momentos muy grandes con Tequila. Fue un sueño que de un día para otro se hizo realidad. Pasamos de no tener dinero para cuerdas a tocar delante de diez mil personas. Fue algo poderoso, con Los Rodríguez también. Fue una época gloriosa donde hicimos un rock de altísima calidad. Pero eso depende de otros. El hecho de ser autosuficiente y hacer una gira solo y sostener un espectáculo de dos horas me hace sentirme realizado y feliz. Es un momento muy dulce.
-Ha dicho que está centrado en experimentar con otros estilos...
-Sobre todo con la música ríoplatense, milonga, tango, candombe, todos esos ritmos que están ligados al blues en sus raíces. Ya lo he combinado en otros discos, pero ahora lo he radicalizado.
-¿Quizá es un tipo de música popular de la que uno reniega cuando es joven?
-Influyeron bastantes cosas, no solo la edad, sino los tiempos que corrían. Hasta los noventa, todos estuvimos muy obsesionados con el rock y toda la música anglosajona. Luego se produjo un orgullo por las raíces. Es un momento en el que empiezas a incorporar la música que escuchaban tus padres. Con Los Rodríguez empezamos a descubrir el jazz, el swing, la música americana y caribeña...
-¿Las canas casan bien con los rockeros?
-Bueno, hay quien se las tiñe (risas).
-Eso es resistirse a crecer, ¿no?
-Hay peluqueros que se piensan que me las pongo a propósito. Yo no tengo problemas con ellas.
-¿Qué grandes rockeros de la historia llevan bien la madurez?
-Dylan, Tom Waits, Neil Young, Keith Richards...
-En 'Manos expertas' habla precisamente de la madurez. ¿Qué ha sido lo mejor de esta etapa?
-Mis hijos. Me han dado una nueva mirada, nuevas energías. Con la paternidad he abierto un nuevo cuaderno en blanco.
-Antes los iconos juveniles eran las estrellas de rock, ahora lo son las de pop. ¿Qué diferencia hay entre ellas?
-Muchas. Antes había arte, misterio, autenticidad, un verdadero poder... Yo lo vivía así. Las estrellas pop de ahora me parecen diseñadas en un despacho y no me conmueven.
-Pero siguen teniendo poder...
-Me temo que ya va a ser imposible encontrarse artistas con la magia de los de antes. Ahora son más previsibles y clónicos. Aun así, están muy bien preparados, aunque no me parezca un gran mérito.
-¿En qué, además de la música, es experto Ariel Rot?
-Soy buen chef y sumiller. Ahora estoy en un sitio muy rural donde uso mucho la parrilla. Me gusta la ceremonia de invitar a gente a comer, planificar todos los detalles...
-En 'Manos expertas' repite una vez más colaboración con Pereza. ¿Qué le gusta de esta banda?
-Conocen el blues muy bien, son músicos con los que comparto el mismo lenguaje y la misma cultura. Es tremendamente fácil conectar con ellos y encontrar un camino común.
-En otro tema, 'Una vida equivocada' habla de la parte oscura de la fama y la industria. ¿Qué ha aprendido de ello?
-Es complicado. Esto hay que vivirlo con pasión, si no es imposible que se convierta en algo que dure. Hay factores externos que te ponen zancadillas, miles... Tendencias, cómo caigas a algunas personas, qué te pinchen en la radio... No dependen de la calidad de lo que hagas. Tienes que ser honesto con lo que haces, gustarte y olvidarte del resto. Así no tendrás nada de lo que avergonzarte.
-Tengo entendido que no se cierra a una reunión con Andrés Calamaro, igual que hizo con Alejo Stivel. ¿De qué forma le gustaría?
-Hay muchas válidas, pero se tienen que dar circunstancias de agenda, prioridades... Puedo sentarme a componer con él, o subirme al escenario a tocar algo, hasta hacer un disco juntos. Hemos sido socios durante diez años y si lo hemos hecho es porque teníamos química real. Siempre que nos juntamos vuelve a ocurrir, aunque pase más tiempo.
-¿Con qué otro músico le gustaría hacer un dueto?
-No sé, hay muchos, pero me encantaría tocar con Charlie Watts, el batería de los Stones. Creo que es el músico vivo con el que más me gustaría tocar.