El nulo efecto del adelanto electoral en los mercados desorienta al PP
Reclaman ahora celebrar los comicios antes del 20-N, pese a que Rajoy defendió en su día que el anuncio del anticipo ya «daría confianza»
Actualizado: Guardar«Es el impulso necesario para salir de la grave situación en la que está España». Así valoró Mariano Rajoy el pasado 29 de julio la decisión de José Luis Rodríguez Zapatero de anunciar que las elecciones generales se celebrarían el 20 de noviembre y no en marzo de 2012. Los principales dirigentes populares, y otros referentes del partido como José María Aznar, llevan un año sosteniendo que el mero aviso del anticipo electoral devolvería la «confianza» en España. Este vaticinio, de momento, está lejos de cumplirse: el diferencial con el bono alemán llegó ayer al techo histórico de los 407 puntos básicos, aunque por la tarde se estabilizó en los 385 y la bolsa bajó (el 0,85%) por cuarta jornada consecutiva y registró un nuevo mínimo anual, aunque el Ibex logró salvar la barrera sicológica de los 9.000 puntos.
Y este escenario macroeconómico, que en cierta medida cuestiona los poderes analgésicos de la llamada a las urnas, desinfla parte del argumento del PP. La decisión adoptada por la cúpula popular, aquejada de cierta desorientación ante esta nueva convulsión, ha sido la de 'tirar hacia adelante' y reclamar un adelanto del adelanto de los comicios.
Cristóbal Montoro, coordinador económico del PP, sugirió a José Luis Rodríguez Zapatero que adelante más las elecciones para sacar a España «de la línea vulnerable». Montoro lamenta que el presidente del Gobierno haya dejado «demasiado plazo» entre el anuncio y la celebración de las generales. El portavoz económico del PP, además de reprochar a Zapatero que «no explique a los españoles lo que está ocurriendo, por qué nos está ocurriendo y qué es lo que tenemos que hacer para que no nos ocurra», puso el acento en que las reformas que el Ejecutivo socialista quiere sellar en septiembre -principal justificación para convocar en noviembre y no antes- no están generando ningún crédito en los mercados.
Mariano Rajoy, que se encuentra de vacaciones en Pontevedra, intentó insuflar calma en sus primeras declaraciones tras el terremoto del lunes y recalcó que España no va a ser rescatada.
El líder del PP, tras su conversación telefónica con Zapatero, abundó en que ya no es tiempo de buscar culpables sino de entrar en una nueva etapa. A diferencia de lo expresado por Montoro, Rajoy sí tiene claro que al Gobierno, con la cita electoral ya prevista, le queda poco margen de maniobra para adoptar medidas que calmen a los inversores internacionales, es decir, que el aspirante popular no quiere que Zapatero mueva más fichas por si empeora la que, a su juicio, será la «peor herencia que reciba un nuevo Gobierno en democracia».
Difícil calendario
Lo que sí es cierto es que cuando Zapatero señaló el 20 de noviembre, algunos miembros de la dirección popular sintieron cierta decepción, porque había apostado por el 23 de octubre. A estas alturas del mes de agosto, el domingo más próximo para celebrar los comicios sería el del 9 de octubre. Para ello, Zapatero tendría que disolver el Congreso y el Senado el 12 de agosto, ya que la ley señala que entre la convocatoria oficial y la apertura de las urnas deben transcurrir 54 días. Este hipotético cambio de fecha obligaría a comenzar la campaña electoral el 23 de septiembre.
El Gobierno socialista se quedaría, de esta manera, sin poder aprobar varios decretos considerados clave para culminar el plan de ajuste y para intentar combatir el desempleo, como el de ahorro farmacéutico, cambios para la mejora de la recaudación en el impuesto de sociedades, y medidas para potenciar el empleo juvenil y los contratos laborales a tiempo parcial.
El Congreso tampoco podría dar el visto bueno definitivo a una decena de leyes, como la ley integral de víctimas del terrorismo, la ley concursal y la reforma de la jurisdicción social, entre otras.
Además, todos los partidos, incluido el PP, tendrían que dar un acelerón a la elaboración de sus programas electorales. Rajoy, por ejemplo, dio a conocer que su formación celebrará una convención nacional los días 7, 8 y 9 de octubre en Málaga en la que presentaría de manera oficial las propuestas que piensa desarrollar si llega a la Moncloa.