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El mercadillo, de capa caída
Los propietarios se quejan de la subida de las cuotas para instalar sus tenderetesLa crisis también afecta a los puestos ambulantes, que se ven amenazados por el aumento de bazares chinos en Jerez
JEREZ Actualizado: GuardarLa crisis continúa afectando al comercio local incluso en los sectores que ofrecen mejores ofertas como los mercadillos. En el de La Juventud la mayoría de los puestos se encuentran prácticamente vacíos y lejos quedan los días de esplendor económico que tuvieron este tipo de negocios en los cuales la gente se agolpaba en los tenderetes para conseguir los mejores precios. «El trabajo es lo que mueve el dinero, y ahora mismo hay muy poquito», afirma Juan Antonio Romero, uno de los trabajadores del mercadillo.
Los bazares chinos siguen expandiéndose por la ciudad y atrayendo a muchos clientes que ven en estos comercios la posibilidad de adquirir productos de todo tipo y a un precio aún menor que en los puestos de estos mercados. «Son un problema, venden lo mismo y más barato, además están por todos lados», comenta Susana Cepeda, propietaria de uno de los puesto. Asimismo, algunos propietarios sospechan sobre los bajos precios que establecen estos comerciantes en los artículos expuestos en sus tiendas. «Estos relojes, que yo vendo por cinco euros, en un chino lo encuentras por tres euros. No se como consiguen venderlo a un precio por el cual yo no sacaría beneficio», manifiesta la propietaria.
El bullicio del gentío ha sido sustituidos por los gritos de los trabajadores en busca de clientes, que intentan atraer a un público que cada vez tiene más dificultades para llegar a fin de mes y que no puede permitirse excesivos caprichos.
Altas tasas
Otra de las quejas en la que coinciden la mayoría de los dueños de los tenderetes es el alto precio que tienen que pagar por tener el privilegio de vender sus productos. El mercadillo de Jerez parece tener las cuotas más altas de la provincia, al menos así lo aseguran los trabajadores «en Jerez pagamos una barbaridad, es inaceptable». Además, las cuotas no se mantienen constantes y suben año a año agravando el problema de los vendedores, que no saben como hacer frente a tanto gasto y que piden al ayuntamiento una solución. «Empecé pagando poco más de 500 euros al año, ahora pago más de 800 euros. Casi 300 euros de subida en siete años que llevo aquí, es una locura», expresa Samuel García Maya, dueño de un tenderete de ropa, que pide la intervención del Ayuntamiento, disminuyendo cuotas o estableciendo más días de ventas, para evitar mayores problemas en un negocios que se encuentra de capa caída. «Nos cobran un dinero por todo el año y no tienen en cuenta los días de lluvia y viento en la que los clientes no vienen y no tenemos beneficios. Perdemos dinero por culpa de estar pagando cantidades desorbitadas», aclara.
Muchos comerciantes también comentan que Jerez es uno de los lugares donde más se notan los problemas económicos en verano, en comparación con los pueblos costeros donde consiguen mayores beneficios a causa del aumento de público en verano. «En Jerez y en Dos hermanas no vendemos nada, sin embargo en Conil tenemos más clientes, sobretodo madrileños que se encuentran de vacaciones», expone Marcelo Venegas, argentino afincado en Jerez que posee un espacio para la venta.
La mayoría de los clientes que mantienen la costumbre de acercarse a estos mercadillos, acuden atraídos por sus bajos precios, que en muchos casos, no están ligados a una baja calidad de los productos. «Está todo muy barato, y si buscas, encuentras cosas de buena calidad, además tal como esta la cosa mejor venir aquí que ir a los centros », observa una de las clientas.
En relación a los artículos más vendidos, tanto vendedores como clientes, coinciden en señalar las prendas de vestir como las estrellas de este mercado. Zapatos y ropa veraniega son los productos más demandados en un momento en el que las compras que necesitan de una mayor inversión quedan relegadas a un segundo plano. «Antes que comprarme a mi una tela que cuesta 200 euros, se van al de en frente, que vende zapatos a tres euros», apostilla Manuel Fraga, encargado de un puesto de telas.
Los problemas existentes en la ciudad se siguen acumulando y los damnificados esperan una rápida solución para salvaguardar su menguada economía y afrontar este difícil periodo por el que atraviesa la mayoría.