A GUSTO

Y como el otoño se antoja caliente, porque así nos lo imponen los que adelantan o atrasan los quehaceres democráticos, nos merecemos, este año más que nunca, un agosto tranquilo; o 'a gusto', la clásica calma que precede a las tempestades. Esperemos que, por lo menos, los candidatos nos den tregua y no nos abrasen con la precampaña en el mes del chiringuito por antonomasia. Hoy es el primer día de la holgazanería aceptada por consenso, así que a disfrutar, cada uno donde le toque. Sí, porque suele ser sorteo. Pocos deciden libremente donde agostar. Mucho me temo que este verano es de los de casa del pueblo compartida, por aquello de que no llega para más. Pues eso, querida audiencia, paciencia y, a ser posible, que no llegue la sangre al río.

Recuerdo que un cuñado/a es un ser que nació para cornear, pero hay que ser torero, no como José Tomás, que se arrima y se mete en su terreno, no; como los subalternos, culo para afuera y alargando muleta. Si la cosa se pone chunga y sale el tema de la herencia de la abuela, lo recomendable es respirar, contar hasta diez y salir pitando a un bar para hacer un psicoanálisis con el camarero, que no olvidemos, está ahí para echar una mano cuando la vida enseña las garras. Otra cosa. Esos seres que no hacen más que fastidiar a su alrededor son su familia, la de todos los días, su pareja y sus hijos. Claro, durante el año han estado ocupados con estudios y trabajos y han pasado desapercibidos. Ahora habrá que aguantarlos las veinticuatro horas. Ánimo. Por cierto, supongo que ya se habrá dado cuenta de que el mundo está fatal, porque lo del avión partido por la mitad sin víctimas, es un espejismo. Yo no intentaría arreglarlo en las típicas conversaciones de terracita. Misión imposible. Lo más saludable será que nos declaremos todos 'indignados' por un mes. O mejor, 'aburridos' de tanto desesperar. Lo de leer libros lo dejo a su elección. Y no abusen de las riñoneras, que sientan fatal, sobre todo cuando uno luce panza como la de Sancho. Pasen buen día.