EE UU activa los planes de emergencia para afrontar un escenario de quiebra
La Cámara de Representantes rechaza el plan demócrata para aumentar el techo de deuda
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarMiles de llamadas colapsan en los últimos días la centralita del Congreso de Estados Unidos. Al otro lado del teléfono, la voz desesperada de los ciudadanos que no entienden como sus representantes políticos están llevando al país al borde del colapso. La frustración es mayúscula porque aunque el problema del enorme déficit norteamericano es real y exige una solución, pocos entienden por qué los legisladores han sido incapaces de ponerse de acuerdo durante siete meses en elevar el techo de la deuda. Ante la cada vez más negra situación, el Gobierno de Barack Obama ya ha activado los planes de emergencia para afrontar un cada vez más probable escenario de quiebra, que incluso podría llegar provocar el impago de las nóminas de las tropas norteamericanas en Afganistán
Ayer se produjo un nuevo y preocupante capítulo en este 'culebrón'. La Cámara de Representantes, de mayoría republicana, rechazó la propuesta demócrata para aumentar el techo de la deuda, un día después de que el Senado hiciera lo propio con el plan republicano. El pleno de la Cámara Baja rechazó por 246 contra 173 votos el plan del líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Harry Reid.
Por más que la responsabilidad de una solución afecte por igual a los dos grandes partidos, la percepción cada vez más extendida es que los republicanos -espoleados por el sector más conservador de su formación- han convertido el asunto en su arma estratégica para desgastar la imagen de Obama de cara a las presidenciales de 2012.
Cesiones sin resultados
Si se analizan los planes iniciales de ambos se comprueba que el partido en el poder ha cedido hasta el 90% de las exigencias de recortes de gastos sociales impuestas por los opositores, unos niveles difíciles de digerir por el sector más liberal de los demócratas pero que han ido aceptándose en aras de lograr ese acuerdo tan ansiado por el Gobierno. No solos eso, el inquilino de la Casa Blanca ha renunciado también a una exigencia hasta hace pocos días innegociable: aumentar los impuestos a las personas con ingresos superiores a los 250.000 dólares al año o arañar algunos millones para las arcas públicas de los enormes beneficios de ejecutivos y corporaciones. Ni siquiera semejante entreguismo le ha parecido suficiente a la derecha, cuyo último gesto de prepotencia fue llevar a votación el viernes en el Congreso una propuesta tan a su medida que no se atrajo el apoyo ni de un solo legislador demócrata.
Si bien la Cámara de Representantes aprobó el viernes la propuesta del portavoz republicano, John Boehner, por 218 contra 210 votos, el Senado la bloqueó como estaba previsto unas horas más tarde. Harry Reid, el líder demócrata del Senado, repitió su queja de que los conservadores no quieren una solución negociada y están poniendo en peligro la salud económica del país. «Es hora de ser adultos, reunirnos y llegar a un compromiso», advirtió. Las débiles esperanzas de una salida negociada descansaban ayer en la propuesta revisada del propio Reid, que pretende incorporar elementos del denominado 'Plan de reserva' propuesto por el líder de los senadores republicanos, Mitch McConnell. No obstante, una vez más el desencuentro frontal se impuso y no fue posible alcanzar una acuerdo.
Con un escenario tan precario, no es de extrañar que veteranos congresistas que han participado en duras batallas presupuestarias en el pasado vean como una posibilidad muy real que el país entre en quiebra el próximo 2 de agosto
La amenaza es tan seria que el Departamento del Tesoro ha ultimado un plan de contingencia para manejar las finanzas de la nación y mantener operativas secciones vitales del Gobierno federal si las negociaciones fracasan. No aprobar un mayor endeudamiento sería el detonante de lo que las agencias de rating han denominado quiebra selectiva: el gobierno deja de pagar ciertas obligaciones para asegurar otras. Entre los planes del Tesoro estaría pagar los intereses de la deuda y los próximos vencimientos, pero deberá ajustar otros gastos vitales para el sistema, como pagos de la seguridad social, despedir trabajadores o no pagar salarios considerados intocables como los correspondientes a las Fuerzas Armadas.
Impago al ejército
El máximo responsable militar de EE UU en Afganistán, Mike Mullen, admitió ayer que no está claro si el país podrá pagar las nóminas de sus soldados a tiempo en caso de una moratoria de deuda. La posible suspensión del pago a las fuerzas de Estados Unidos que libran guerras en el país centro asiático y en Irak es un tema extremadamente delicado y el militar reconoció que muchos soldados viven con lo justo. «Así que si los sueldos se paralizan, eso tendría un efecto devastador», dijo Mullen, respondiendo a la preocupación de las tropas. «Me gustaría darles una mejor respuesta pero honestamente no lo sé».