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Alonso, condenado al ataque en Hungría

El piloto de Ferrari se la juega en las tres primeras curvas del trazado, donde es casi imposible adelantar Sale quinto, por detrás de Massa y con Vettel en la 'pole'

BUDAPEST (HUNGRÍA). Actualizado: Guardar
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La rareza de la Fórmula 1 se justifica desde el momento en el que ser tercero es casi mejor que ser segundo, teorías indescifrables sobre la parte limpia o sucia del asfalto. Así sucede siempre en Hungría, circuito lento de virajes en donde la salida es fundamental porque luego es casi imposible adelantar, un trazado que regala de entrada tres curvas de infarto y que condena una vez más a Fernando Alonso a frenar más tarde que el resto. Desde su quinta posición, superado por primera vez en este curso por Felipe Massa en otro sábado dictatorial de Sebastian Vettel, apura sus opciones en un Mundial que no admite más concesiones. Alonso, como tantos domingos, está obligado a atacar.

Así es la vida de aspirante del asturiano, consciente de que la referencia sigue siendo el Red Bull de Vettel por más que la gente busque algo de emoción en los resultados de las dos últimas carreras. Ayer, exprimiendo los superblandos de su Ferrari, quedó rezagado, lejos de los tiempos que marcaron Vettel, Hamilton y Button. Ellos coparon la zona noble, dos McLaren al acecho del bólido energético del intratable líder, tan necesitados de puntos como Alonso para mantener un poco de fe.

Se igualan las fuerzas en la Fórmula 1 aunque las clasificaciones nieguen la mayor porque Vettel lleva ocho 'poles' en lo que va de curso, únicamente superado en tres ocasiones por su compañero Mark Webber -sale sexto-. En carrera, Alonso confía en mantener el tono de los últimos grandes premios y lo hipoteca todo a una salida perfecta. «Va a ser el punto clave. En este circuito el rebufo puede hacer que lideremos la prueba en la primera curva», reflexiona con cierta ambición, aunque admite que el hecho de que Massa esté por delante condiciona su ataque.

A 86 puntos de la cabeza, la exigencia es mayor. No hay margen para el fallo ni tampoco para salirse del podio ahora que enlaza tres seguidos. «El Mundial lamentablemente no está en nuestras manos, depende de Vettel», acepta sin engaños mientras espera que sus aliados vuelvan a hacer piña y le compliquen la vida al vigente campeón. «Cuanta más lucha haya entre ellos, mejor nos irá».

Jaime Alguersuari saldrá decimosexto, entre los Williams de Rubens Barrichello y Pastor Maldonado, tras una sesión de clasificación muy solvente por parte del catalán. Entró en la Q2 sin dificultad, y sin la presión de tener que vencer a su compañero en la parrilla, ya que Buemi arrastra una sanción de cinco posiciones del Gran Premio de Alemania. Jaime gastó dos juegos de neumáticos superblandos, ante la duda de cuál será el mejor a usar en un trazado donde la degradación es muy alta. Buemi fue superado sobradamente por Alguersuari, pero tampoco hizo mucho por intentar entrar en la segunda tanda, y se quedó fuera en la Q1. Con el castigo, partirá penúltimo.

En Hungaroring, que recupera el color que no tiene el 'paddock' de Alemania, mucho menos caluroso que en veranos anteriores, siempre hay noticias. Aquí empezó todo para Alonso con aquella victoria azul al mando del Renault. Aquí firmó una remontada memorable en 2006 que se truncó por una tuerca maldita, reeditado el episodio tres años después en el colmo de las casualidades. Aquí se dinamitó su relación con McLaren cuando frenó a Hamilton en el garaje y le privó de una vuelta extra. Aquí, en definitiva, busca otra portada para mantenerse con vida antes de las vacaciones. «Este circuito me ha dado más de lo que me ha quitado, no creo que la suerte me deba nada», razona. Sin embargo, pide una pizca y de la buena para hoy. La quinta plaza no le vale para mucho. Alonso está condenado a atacar.