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«Nos gritaba con la pistola en la mano que saliéramos, que tenía para todos»
Familiares del tiroteado en Puerto Serrano cuentan que todo se inició cuando su hijo se quejó de ruidos en casa del acusado
JEREZ. Actualizado: GuardarPuerto Serrano aún no sale del estupor provocado por el tiroteo que en la noche del pasado miércoles a punto estuvo de costarle la vida a uno de sus vecinos. Mientras Antonio Morales lucha por salir del peligro en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Jerez, sus familiares no se explican lo ocurrido y lamentan que una nimiedad haya acabado en un suceso de tal magnitud. Ayer, la esposa de Antonio, Dolores Chacón, se dirigió a los juzgados de Arcos a interponer la correspondiente denuncia en compañía de su hija y un sobrino.
Como se recordará, la mujer también fue agredida presuntamente por su vecino Domingo Gil Soria, que le disparó aunque la bala solo le rozó el abdomen. Su esposo corrió peor suerte, pues la munición le impactó casi a la altura del pecho y tuvo que ser trasladado de urgencia al Hospital Virgen de las Montañas de Villamartín y de allí derivado a Jerez. En este último centro sanitario permanecía ayer, donde sus hermanas Juana y Mariló relataron a este medio lo ocurrido.
«Mi hermano y mi cuñada tienen un patio que colinda con el de Domingo y esa tarde había mucho jaleo en la casa de éste, por la cantidad de gente que acude a comprarle tabaco de contrabando. En un momento dado, mi sobrino mayor se cansó del jaleo y dijo desde su patio que se cagaba en los muertos de los Chaparro, como así les llaman. Entonces la cosa quedó ahí».
Por la noche, como cuentan, Antonio salió a tomar el fresco a la puerta de su vivienda después de haber pasado un rato con su caballo, momento en el que Dolores fue al coche a por tabaco. En ese instante se encontró con su vecino. «Él le preguntó que quién se había cagado en sus muertos y Loli le dijo que no sabía de lo que le estaba hablando y él llegó a la conclusión de que había sido su marido. Ella se dio cuenta de que llevaba algo escondido en la mano y de repente comenzó a disparar, dándole tiempo a refugiarse en casa a pesar de haber sido rozada con una bala».
En la puerta de la misma se encontraba Antonio, que no pudo reaccionar porque padece ciertos problemas en las piernas que dificultan su movilidad y recibió de lleno el impacto, por lo que se escondió tras el coche, que también recibió varios balazos e incluso alguno de ellos apareció en la cocina del inmueble. «Mi sobrino pequeño se estaba duchando cuando escuchó a Domingo mientras gritaba: ¡salid fuera, que tengo para todos!».
Según Juana y Mariló, la mujer del presunto agresor salió a la calle y empezó a vociferar: «¿Qué has hecho, que has hecho?», tras lo que éste se dio a la fuga y lo encontraron horas después en un camino rural.
Ingreso en prisión
Después de pasar una noche en los calabozos, el acusado fue trasladado ayer a la cárcel de El Puerto por orden del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Arcos. Antonio, por su parte, fue operado el jueves y al cierre de esta edición los médicos seguían muy atentos a su evolución. Por la mañana los sanitarios le quitaron el respirador y ya consciente pudo ser visitado por sus familiares, que aseguraron que no se explicaba lo ocurrido. «Le han quitado la bala pero hay cierto riesgo, aún no está fuera de peligro». En contra de lo que se informó en un principio, el proyectil no le llegó a partir las costillas pero sí le causó daños en el hígado y el pulmón, que tendrán que ser evaluados en los próximos días.
Sus dos hermanas lo único que quieren es que acabe pronto esta pesadilla, el atacante pague lo que ha hecho y no vuelvan a tener que cruzarse con él en toda su vida. «Esto ha sido como una película, había casquillos en el coche y hasta en la casa. Lo principal es que nuestro hermano se recupere y que ese canalla lo pague. Si hay justicia, que esté en la cárcel el tiempo que tenga que estar».