Cajas de frutas y verduras del camión español destrozado en Le Boulou. :: ROBIN TOWNSEND / EFE
Economia

Agricultores franceses tiran la verdura de un camión español

La policía cierra La Jonquera para evitar el sabotaje de los piquetes galos, que denuncian «competencia desleal»

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Tensión en la frontera franco-española. El transporte de mercancías permaneció ayer cerrado durante dos horas en el paso fronterizo de La Jonquera (Gerona), en la autopista AP-7, el principal punto de entrada de productos españoles con destino a los países europeos. La acción violenta de un grupo de piquetes galos, que volcó y destrozó la carga de un camión de verduras y hortalizas procedente de España, obligó a los Mossos d'Esquadra a prohibir, de forma temporal, hacia las 10 de la mañana, la circulación de camiones como medida preventiva.

Los agricultores franceses llevan más de un mes protagonizando acciones de protesta para denunciar la competencia desleal que, según afirman, practica España por vender los productos a precios muy bajos. La imagen de las cajas de melocotones y nectarinas esparcidas por la autopista AP-7 rescató el fantasma de la 'guerra de la fruta' que se vivió en los años 80, cuando los piquetes franceses trataron de evitar por la fuerza que los camiones cargados de productos españoles cruzaran la frontera. Igual que ahora, se manifestaban contra el precio más bajo de los productos españoles, más competitivos y con mejor acogida en el mercado europeo.

El Gobierno español reaccionó de forma enérgica frente al ataque de los agricultores franceses y afirmó «no estar dispuesto a consentir» el vuelco de mercancías. La ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, anunció además que tomará medidas y que el incidente fue abordado en una reunión entre Francia, España e Italia. Mientras, los sindicatos reclamaron al Ejecutivo central que actúe para garantizar la libre circulación de camiones y advirtieron de que el bloqueo de los agricultores franceses en la frontera puede agravar aún más la delicada situación de precios que sufre el sector.

Esta crisis llevó al Gobierno de París, movido por la protesta de los agricultores, a emprender hace cuatro semanas una campaña de controles a los camiones procedentes de España, con el objetivo de verificar que no hay ningún fraude sobre la calidad o sobre el origen.