Quién sabe dónde
Actualizado: GuardarLos que tenemos ya una cierta edad recordaremos, sin duda, aquel espacio televisivo que se convirtió en un auténtico fenómeno mediático y líder de audiencia de la época. Un programa, 'Quién sabe dónde', conducido por el popular periodista jerezano Paco Lobatón, que durante años se encargó con éxito de buscar y encontrar personas desaparecidas. Gracias al equipo de investigación del programa, y a la colaboración prestada por los telespectadores, se reencontraron tras años de separación o de ausencia, abuelos y nietos, hermanos o amigos. Durante los años de vigencia del programa se investigaron cerca de 3.000 casos de desaparecidos con un final feliz en un gran número de ellos. Tal fue el éxito del espacio que encuestas de la época eligieron a Paco Lobatón como el mejor presidente del Gobierno posible entre los presentadores de televisión. Realmente es una pena que el programa haya desaparecido y que nuestro periodista ya no se dedique a dirigir búsquedas como aquellas. De seguir vigente el formato, seguro que el equipo de Lobatón prestaría una ayuda impagable al Ministerio de Industria en la búsqueda y localización de algunos beneficiarios de ayudas y subvenciones. Hace una semana nos enteramos que el citado ministerio había iniciado el procedimiento para reclamar a los responsables de las empresas Cádiz Solar Center, Soluciones Tecnológicas Ambientales y Aquandalucía, la devolución de la nada despreciable cantidad de 14 millones y medio de euros, dinero que, por cierto, procede del trabajo y de los impuestos de todos los españoles, parados incluidos. Un dinero destinado a apoyar iniciativas empresariales productivas e infraestructuras industriales en regiones desfavorecidas; un dinero para ayudar a crear empleo y desarrollar zonas como la nuestra que bien que lo necesita. El problema es que no se encuentra a los susodichos empresarios. Ni el ministerio ni los empleados de algunas de esas empresas que llevan meses sin cobrar. Esperemos que cuando estas líneas salgan a la luz ya se haya podido localizar a los responsables de esas empresas, sin tener que recurrir al auxilio de Paco Lobatón. Al fin y al cabo no debe ser tarea difícil el encontrar a personas que, sin lugar a duda, deben gozar de un crédito más que considerable, a tenor del monto de las subvenciones obtenidas.