Jerez

«Todos somos discapacitados en algún momento de nuestras vidas»

El jerezano acaba de asumir el cargo con la pesada losa de la crisis de ventas y el compromiso de seguir mejorando los servicios prestados Jaime Hernández Director de la ONCE en Jerez

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Este jerezano de 45 años tiene por delante liderar una institución histórica que es todo un referente en el mundo asociativo. Su intención es hacerlo «con humildad y mucha responsabilidad» y solo desea que «no me falte el sentido común» para llevar el barco a buen puerto.

-¿Cuáles son los grandes objetivos que se ha marcado para su mandato?

-Tener las mejores relaciones externas, ya sea con otras asociaciones de discapacitados como de otro tipo, sobre todo, a nivel cultural, o con instituciones como Ayuntamiento o Cáritas. Quiero darle a este centro la mayor vida posible de participación y difusión a la ciudadanía. Ya tenemos convenio con el Ateneo, por ejemplo. Pero nos gustaría ampliarlo a otra serie de asociaciones que son el reflejo de nuestra sociedad. Otro objetivo es intentar mejorar la calidad de los servicios, que es un ámbito que conozco bien y como afiliado me toca de cerca. Es el fin y el objetivo primordial de la casa: prestar no solo una serie de servicios sino hacerlo con prontitud y la mayor calidad posible. Y como no puede ser de otra manera, intentar mejorar las ventas, que son imprescindibles para prestar esos servicios.

-¿Qué es lo primero que hizo tras ser nombrado director?

-Aparte de agradecerle a los compañeros la acogida, lo primero fue firmar unas transferencias de pago a la Seguridad Social y ese mismo día también firmé un contrato de trabajo.

-¿Es Jerez una ciudad con suerte en el cupón?

-Sí, de hecho, es una ciudad con un porcentaje de acierto bastante alto. A final de año no salimos mal parados. Hemos llegado a dar algo más de 40 millones de euros en premios en un solamente año en Jerez y su entorno (Sanlúcar, Chipiona y El Puerto también pertenecen a la sede jerezana).

-¿Cuántos afiliados tiene esta delegación? ¿Con qué idea llegan a la puerta de la ONCE?

-Tenemos 1.056 afiliados. Prácticamente todos vienen con unas expectativas muy grandes, creyendo que en vez de la ONCE somos Lourdes y no es así. Pero es cierto que muchos nuevos afiliados encuentran aquí personas que reconducen esas expectativas y les informan de la realidad de las cosas. Y, junto al técnico de rehabilitación, consiguen adquirir las habilidades necesarias para tener una vida lo más parecida posible a la que tenían antes.

-¿Cómo está afectando la crisis a la venta de cupones?

-Estamos en una de las provincias con mayor tasa de paro de España e, indudablemente, eso repercute a todos los niveles comerciales. Las grandes superficies que tienen productos básicos de alimentación lo notan, así que imagina si se nota en una institución como la ONCE que lo que vende es la ilusión de poder quitarnos algunos problemas. Y no es algo que uno busque diariamente. Queremos que entiendan que no solo es ilusión de que alguna vez toque, sino de que están colaborando con la sociedad, con ellos mismos, a través de una institución que no solo da servicios a ciegos y deficientes visuales sino también ofrece integración laboral. No se trata exclusivamente de la venta del cupón sino que colaboramos con otras asociaciones en proyectos de formación y creación de empleo para personas discapacitadas.

-Aun con estos malos tiempos, la ONCE ha dado empleo en Jerez.

-El año pasado hicimos 118 contrataciones y este año llevamos 19 contratos, 11 de ellos indefinidos. Tenemos que mantener una plantilla de vendedores, que es lo más importante para esta casa después de los servicios sociales.

-¿Qué se puede hacer con respecto a la crisis?

-Desgraciadamente, desde 2003 han bajado las ventas y hemos perdido cuota de mercado. Lo único que podemos hacer es intentar llegar a un acuerdo con el Estado respecto a las restricciones que tenemos para épocas como la de Navidad, para no hacerle sombra en su sorteo. Es una época en la que todo el mundo hace un poco de más dispendio y ahí hay una cuota de mercado en la que no nos permiten entrar. También pedimos que nos permita jugar con diferentes tipos de sorteo y modalidades de juego sin tantas restricciones. Como es lógico, otra petición es un techo de ventas, ya que nuestro fin no es crecer en ingresos de forma desmedida. Aquí no hay reparto de beneficios porque esto no es una empresa sino una institución, y como tal debe procurar los ingresos necesarios para hacer frente a sus compromisos con la sociedad y colaborar con la administración en asuntos como el de la accesibilidad. No nos damos cuenta, pero todos somos discapacitados en algún momento de nuestras vidas.

-No es cierto, pues, el tópico de que cuando el momento económico es malo, se juega más.

-Para nada, lo que hacemos todos es recortar el gasto y lo recortamos todo. Si no tienes para un pantalón que seguramente necesitas, lo que no haces es gastártelo en cupones o en otro juego. Pero de vez en cuando pasamos delante de un vendedor y pensamos eso de ¿y si lo lleva? Y entonces compramos de forma instintiva. Intentamos que vean que eso está bien pero que hay algo más detrás.

-¿Cómo ha cambiado la vida de un invidente en los últimos años?

-Un mil por cien. Cuando yo entré en el año 88 ser afiliado a la ONCE se vivía de forma reservada. Todavía recuerdo que cuando llegué al colegio de Madrid en el 89 había una chica de un pueblo de Castilla La Mancha donde prácticamente la habían tenido encerrada. No se nos veía por las calles, las personas con discapacidad eran escondidas. La sociedad ha avanzado mucho en eso, muchísimo, y creo que la ONCE ha hecho unas campañas muy buenas para visualizar la discapacidad como algo que existe, que se debe ver normalizado, como la persona que es muy alta o muy ancha. La administración también ha jugado un papel importante en ir conociendo el mundo de la discapacidad, en ir adaptando las ciudades y en aceptar que tiene que darle servicios también a los discapacitados porque son ciudadanos con las mismas obligaciones y derechos.

-¿En qué aspectos la sede de Jerez es puntera?

-En muchas cosas. Por ejemplo, tenemos un equipo de servicios sociales que, sin menospreciar a otros, es de lo mejor que hay. Son personas a las que les gusta su trabajo, no solo dedican sus ocho horas sino que están pensando constantemente en cómo ayudar a los afiliados.

-Cuando hayan pasado estos cuatro años, ¿qué le gustaría haber conseguido?

-Que mis superiores estén contentos con el trabajo y, sobre todo, que los compañeros de esta casa y los afiliados y trabajadores estén contentos con la labor que se ha hecho, que vean que esto era una parte más de su casa, que se sientan a gusto y bien atendidos.