La Sierra exporta albañiles en paro a Francia para trabajar en la construcción
Alcalá del Valle, Olvera y Puerto Serrano enviarán más de 700 vecinos al país vecino
Actualizado: GuardarBañadores, chanclas, toallas. Media provincia, aquella que no está parada, tiene ahora la mente puesta en lo que va a echar en las maletas para las vacaciones y huir de la rutina diaria. Eso al menos es lo que sucedería en Cádiz si no se sufrieran índices de desempleo tan elevados -la tasa es del 30% - y se gozara de un buen nivel de riqueza. Francisco Rivera y David Blanco son de Olvera y a finales de mes estarán montando aires acondicionados en Niza (Francia): «No tenemos más remedio que salir fuera porque aquí no hay trabajo».
Muchos vecinos de la Sierra, casi un millar, han preparado este año sus equipajes con destino a Francia. Sin embargo, ninguno de ellos sueña con ver al ratón Mickey o fotografiarse delante de la Torre Eiffel. Buscarán en el país galo aquello que hoy le niega España; un empleo que les permita dar de comer a sus familias y poder pagar las facturas.
Que la crisis ha azotado con mucha fuerza a quienes vivían del ladrillo es algo evidente, aunque a menudo se pasa por alto que esos mismos trabajadores del sector piden a gritos ayudas para su reconversión. Los albañiles han estado, durante los últimos años, transformándose en jornaleros del campo que aprovechan las pocas peonadas que ofrecen el verdeo, las aceitunas o las fresas. Ahora han recuperado las maletas del altillo, donde las dejaron sus padres en los sesenta, para irse a Francia o Bélgica a recoger uvas, manzanas o cualquier otra fruta o verdura.
Este año esa emigración se ha ampliado y son muchos los vecinos de la comarca serrana los que han visto en Francia una posibilidad de desempeñar el trabajo de albañil que aquí perdieron hace años. El próximo viernes, a las 9 de la mañana, un grupo de once olvereños partirán hacia el país vecino para poner en práctica sus conocimientos colocando aires acondicionados, echando hormigón proyectado, enfoscando o encofrando, entre otros oficios. Muchos de ellos llevan años sin poder hacer esto en la Costa del Sol, principal destino laboral hasta que la burbuja inmobiliaria estalló.
Francisco Rivera y David Blanco ya saben que compartirán piso en Niza, donde los están esperando para colocar sistemas de refrigeración. Ellos, al igual que sus compañeros, afrontan con ilusión su nueva etapa laboral pero reconocen ciertos temores: «Tenemos algo de miedo a lo que podamos encontrarnos».
No solo aquellos que han trabajado siempre por cuenta ajena son los que están teniendo que buscar salidas laborales más allá de los Pirineos. Conforme avanzan los efectos de la crisis se suman pequeños empresarios que también se están viendo obligados a coger el petate. A sus 49 años y después de tres décadas llevando sus propias empresas, Pedro Maqueda, 'El Culón', también partirá el próximo viernes. «Tengo que irme, aunque tengo muchos proyectos en marcha aquí. Pero necesito dinero para que éstos no se vengan abajo». De empleador a empleado. «Hace unos años yo creaba empleo para los jóvenes y ahora nos vamos a tener que ir con ellos a buscarnos las habichuelas. No va a quedar nadie aquí para crear esos trabajos».
Experiencias
'El Culón' compartirá experiencia con Iván Daniel Sedaño, de 24 años. Ambos aún no se han aprendido el nombre de la ciudad que los acogerá en unos días -Lyon-, pero se muestran ilusionados por «poder trabajar porque aquí no hay manera de encontrar algo», destaca el más joven.
En un paseo por Olvera, David e Iván recuerdan sus momentos bajo los pasos de misterio que cada año portan sobre sus hombros. «Esta cuesta -la que lleva al Castillo- es bastante dura pero es tanta la emoción que sentimos que apenas se nota», asegura David. El año que viene ambos no saben si podrán estar aquí para la Semana Santa aunque esperan venir de visita. Los dos experimentarán muy jóvenes aquello que sus abuelos contaban. En sus carnes comprobarán que la emigración no es algo que se haya quedado en el pasado pero ambos bromean, con nerviosismo, sobre otros aspectos de la emigración. «Pensamos en las niñas que podremos conocer allí aunque dejamos atrás a las más guapas, las olvereñas». Ellos no utilizarán maletas de cartón pero con las de ruedecitas protagonizarán las imágenes, en color, de los emigrantes españoles del siglo XXI.
Mira a su hijo con tristeza aunque esbozando una sonrisa que lo anime en el complicado camino que ahora tiene que emprender. El padre de Francisco Rivera, quien ha legado el mote de 'El Rivera' a su hijo, recuerda como antes fue él quien cruzó los Pirineos: «En el año 66 me tocó hacer a mí lo que ahora hará mi hijo». Él daba ya por hecho que su Francisco no tendría que pasar por esa experiencia, «pero por desgracia no tiene más remedio que hacerlo».
Agradecidos
Todos se encuentran agradecidos al Ayuntamiento de Olvera por el esfuerzo que está haciendo para colocar a sus desempleados. Y es que la desesperación de ver como crecen las necesidades de los vecinos, sin tener recursos para poder hacer frente a las mismas, ha llevado al Consistorio a buscar salidas a la situación. Francisco critica cuando «algunos políticos del pueblo dicen que los del equipo de Gobierno se van de vacaciones a Francia sin tener en cuenta que van a buscar trabajo».
Las expediciones para localizar empleo las inició Alcalá del Valle y después se extendieron a Olvera. Este año también Puerto Serrano ha puesto en marcha un programa municipal similar y de momento 40 personas ya están en Francia y en breve se irán otras 30. En Olvera, en 2009 se fueran 40 olvereños allí a trabajar; en 2010 lo hicieron 83 y este año ya llevan 144, aunque quedan cinco meses de 2011.