El Gobierno vasco dice que «no hay datos» de que ETA quiera volver a las armas
Camacho y Ares pactan que ambos gobiernos gestionen de forma conjunta el Memorial de las Víctimas del Terrorismo en Euskadi
MADRID. Actualizado: GuardarOptimismo de cara al público y optimismo en la reunión privada. Ni el Ministerio del Interior ni la Consejería de Interior del Gobierno vasco tienen informes que apunten a que ETA esté aprovechando el alto el fuego para rearmarse o para crear nuevas estructuras con las que volver a atentar. Según mandos de la lucha antiterrorista, el análisis que ayer realizaron Antonio Camacho y Rodolfo Ares fue coincidente en que tras casi dos años sin atentados mortales en España y tras el alto el fuego de enero, la banda está replegada a sus bases en Francia, muchos de sus activistas incluso han salido del país vecino y los que quedan en territorio galo están más preocupados de no ser capturados que de rearmarse.
Aun así, tanto el nuevo ministro del Interior como el máximo responsable de la Ertzaintza, en su primer encuentro oficial tras el nombramiento de Antonio Camacho en sustitución de Alfredo Pérez Rubalcaba, insistieron en mantener los niveles altos de alerta, sobre todo con miras a impedir que los activistas 'liberados' escapen a terceros países y puedan intentar establecer bases de logística o de acogida en esos territorios.
Camacho, siguiendo casi punto por punto la estrategia de comunicación de Rubalcaba, fue mucho más comedido que Ares. El consejero fue más audaz y llegó a afirmar que no disponía de «datos objetivos» de que ETA tenga la intención de retomar las armas.
Según el consejero, la organización terrorista está recorriendo su «recta final». «El Estado de Derecho ha ganado la batalla a ETA pero debemos completar el trabajo», precisó Ares, quien aseguró que el trabajo de las fuerzas de seguridad y la «firmeza democrática» han sido las claves para llegar a este punto.
El nuevo titular de Interior, por su parte, no se salió del discurso oficial de su departamento desde hace meses: «guardia alta» a pesar de la inactividad de ETA y órdenes a las fuerzas de seguridad de mantener la «presión» sobre la banda, aún a sabiendas de que «estamos ganando la batalla a ETA».
Bildu también estuvo sobre la mesa. Ares explicó que, «más allá de algunos acontecimientos puntuales», la Ertzaintza no tiene constancia de que haya un aumento de actos de apoyo a ETA en los municipios gobernados por la coalición independentista. Sin embargo, tanto el consejero como el ministro recordaron que las fuerzas de seguridad están muy atentas a los movimientos de la izquierda abertzale con la consigna de «tolerancia cero» a los «espacios de impunidad», tal y como explicó Rodolfo Ares.
Camacho insistió en que también Policía y Guardia Civil están «especialmente vigilantes» para evitar vulneraciones de la ley, ya que la desaparición de cualquier apoyo a los terroristas en los espacios públicos de Euskadi es, en su opinión, básica para conseguir la «normalización» en el País Vasco.
«Honrar y recordar»
La lucha antiterrorista centró este primer encuentro entre Ares y Camacho en Madrid, aunque también los dos responsables hablaron sobre crimen organizado, narcotráfico, violencia de género y, sobre todo, de damnificados del terrorismo. Los dos mandatarios acordaron que el futuro Centro de la Memoria de las Víctimas del Terrorismo con sede en Euskadi, previsto en la reforma de la Ley Integral de Reconocimiento y Protección de las Víctimas aprobada en el Congreso de los Diputados la semana pasada, estará gestionado por ambas administraciones.
Por el momento fue solo una 'tormenta de ideas', ya que por ahora todavía no se ha decidido la ubicación de este memorial ni la distribución de este centro. Un futuro protocolo entre ambos gobiernos decidirá estos detalles. Según Ares, esta iniciativa es la mejor forma para «honrar» y recordar» a las víctimas, impidiendo que algunos «reescriban la historia».