Contador y Samuel asustan al Tour
Valientes de nuevo, se quedaron solos en la bajada a Pinerolo, donde Voeckler cedió 27 segundos
PINEROLO. Actualizado: GuardarSe puede torear en bicicleta. Ayer estaba anunciada corrida en la plaza de Pramartino, la cuesta que baja hacia Pinerolo. El toro era un descenso sombrío, de asfalto áspero. Tremendo trapío. Astifino en las curvas. Al verlo salir al ruedo, solo dos toreros se quedaron sobre la arena. Alberto Contador y Samuel Sánchez. Los dos dorsales del Tour con más casta. Torean juntos en la ronda gala.
El madrileño quiere ser por cuarta vez el mejor de la feria. El campeón olímpico aspira a acompañarle en el podio, en el paseíllo final en París. Antes de saltar al albero pactaron la táctica. Contador sacó la muleta en el ascenso. Dos buenos pases, dos ataques para que los Schleck, Evans y Voeckler supieran quién manda. Al toro hay que dominarlo. Luego, tras doblar la cima, llegó la suerte del descenso. Cada curva era una guadaña. Samuel afiló la primera. Casi se corta. Le botaba la bicicleta, se le salía la cadena. Pero no se arredró. Bravo. Siguió embistiendo. Y Contador a su lado, muleta en mano. Cuando a Samuel casi lo cornea una curva, el madrileño le sostuvo el capote. Faena a dúo. Al natural. El ciclismo y los toros son para valientes.
Al acabar la corrida, Evans y los Schleck, pálidos, estaban a su lado. Temblando pero vivos: habían atrapado a Contador y Samuel en el último kilómetro. Entraron todos juntos, salvo Voeckler, que acabó un lance de la bajada en un parking privado, y Basso, el torero asustado. Los dos perdieron 27 segundos. El Tour dirá hoy en el Galibier quién es el más fuerte. Ayer, sobre la arena de Pramartino, se supo quiénes son los más valientes.
'Alberto Sánchez' y 'Samuel Contador'. Hermanados por el Tour pese a correr para distintos equipos. Otra vez se comunicaron en la salida. Un guiño basta. El verano había vuelto al Tour, harto ya de tanta lluvia. Eso le quitaba riesgo al día, pero no velocidad. Otra vez fue un inicio de locura. Hagen (ganador final), Mollema, Fofonov, Amador (Movistar), Chavanel, Hivert y Rubén Pérez (Euskaltel-Eusakdi) le pusieron una marcha más a la etapa. Rubén Pérez es como esos toreros espontáneos que saltan a cada plaza. A pecho descubierto. «Tenía que jugármela, no podía llegar al puerto final con gente de ese nivel», contó. Le dieron una oreja: el premio de la combatividad. Lleva cinco fugas en este Tour. «No. Llevo cinco años escapado», matizó. Pero ayer era demasiado toro. Era para Boasson Hagen, que dejó a todos en las subida a Pramartino y sorteó el descenso hacia Pinerolo. Es su segunda etapa en este Tour, la cuarta de Noruega (dos de Hagen, dos de Hushovd).
Tras los novilleros, desfilaron por Pramartino los primeros espadas. La entrada a la plaza era un embudo. Encierro. Todos no cabían. La cuadrilla de Evans, el BMC, enfiló la primera. Los nervios previos a la corrida. Hubo un tropezón que, de rebote, desestabilizó a Contador. «He tenido que echar pie a tierra. Y luego me he pegado un buen sofocón para remontar», relató. Ese puyazo le calentó la sangre. En un santiamén estaba ya al frente. Adelantó la muleta y soltó el primer derechazo. Olé. Andy Schleck y Voeckler se colgaron de su chepa. Enseguida, otro pase. Olé. Esta vez Andy y Evans fueron los primeros en reaccionar. Andy Schleck quiso calmar la tarde y se colocó el primero en el descenso. Frenando. Samuel le pasó a tumba abierta, a un centímetro del cuerno de la curva inicial. Contador se fue detrás. Como habían hablado. Ligaron un par de buenas curvas y se quedaron solos. El Tour en ellos dos.
Valor
Contador ganó el Tour 2009 por su fuerza ante Armstrong y venció en 2010 por su inteligencia ante Andy Schleck. Ahora busca el de 2011 a base de valor. Mientras a todos se les ponía un nudo en la garganta, el madrileño y el asturiano se colgaban de giros de escalofrío. Daba pavor mirarlos. Los Schleck y Evans miraban los árboles, las curvas; frenaban. Un paso atrás ante el toro. Contador y Samuel solo veían el podio de París. Un paso adelante. Y Voeckler, el líder, otro tipo con redaños, casi se da de bruces contra una casa por imitar el ritmo de los dos españoles. «He querido fardar y me he salido tres veces de la carretera». A la tercera, acabó en un parking. Ufff. Volteado aunque sin cornada. Al subir al podio, levantó una mano y la hizo temblar.
Como Evans y los Schleck. Atraparon a Contador y Samuel ya en la recta final. Llegaron juntos, pero saben que no son iguales. Hay dos toreros más valientes, dispuestos a cambiar el escalafón de este Tour en el que todavía manda Voeckler. Queda feria. «La etapa del Galibier será la etapa de este Tour», avisa Andy Schleck. El Galibier, un 'miura' de los de antes. Para toreros de verdad.