Economia

El Tesoro paga el acoso de los especuladores

El Estado adjudica 4.450 millones en letras a tipos de interés que superan en un 37% y en un 20% los de las últimas adjudicaciones Salgado celebra que los mercados mantengan su «apetito» por los títulos soberanos españoles

MADRID. Actualizado: Guardar
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Tanta agitación tenía que pasar factura. España pagó ayer las consecuencias del acoso de los especuladores y de la falta de consenso político de los líderes europeos en torno al segundo rescate a Grecia, aspectos que zarandean y mantienen contra las cuerdas la deuda de los países de la periferia del euro. El Tesoro Público volvía a examinarse ante los mercados en una semana crucial: era su primera emisión tras los test de estrés a la banca, un día después de que la rentabilidad de los bonos a diez años alcanzara el 6,37% -nivel inédito desde 1997- y en vísperas de la decisiva reunión de jefes de Estado y de Gobierno que acogerá este jueves Bruselas. Al final, prueba superada, aunque sin alegrías y a un coste muy superior al de las últimas adjudicaciones.

El Tesoro consiguió colocar 4.448,43 millones de euros en títulos a corto plazo en medio de la tormenta perfecta y con la prima de riesgo (el diferencial entre el rendimiento del bono español a diez años y el 'bund' o bono alemán) en máximos después de marcar el lunes 372 puntos básicos. Con ese resultado, el organismo dependiente del Ministerio de Economía cerró la emisión en el rango alto de su objetivo, fijado entre 3.500 y 4.500 millones de euros.

En concreto, el Estado logró captar 3.787,55 millones en letras a doce meses con una rentabilidad media del 3,702%, más de un punto superior al 2,695% pagado en la última operación similar, celebrada el pasado 14 de junio. Ese tipo de interés, un 37,3% más alto y el mayor desde 2008, debería aumentar el atractivo de los títulos españoles para el mercado mayorista. Pero una cosa es la teoría y otra la realidad. En la emisión de este martes pesaron más la volatilidad e incertidumbre que agitan estos días todo lo que huela a deuda periférica y la demanda de letras a un año disminuyó un 25% respecto de junio. Los inversores solicitaron 'solo' 8.237,96 millones (2,17 veces lo adjudicado) frente a los 11.295,52 millones que demandaron hace un mes.

La penalización fue algo menor en el caso de las letras a 18 meses. El Tesoro logró colocar 660,89 millones de euros a un interés medio del 3,912%, nivel inédito para estos títulos desde 2002 y que supera en un 20% la rentabilidad pagada en la subasta del pasado 14 de junio (3,260%). En este caso la avidez del mercado por comprar títulos españoles fue similar a la de otras anteriores emisiones. Los inversores solicitaron 3.630,40 millones en letras de año y medio, 5,49 veces la cantidad puesta en circulación.

Tomarse un respiro

La vicepresidenta primera y ministra de Economía, Elena Salgado, trató de leer este resultado en positivo. A su juicio, «lo más importante» de la emisión celebrada ayer es que ha quedado patente que «sigue habiendo apetito» por la deuda española en los mercados financieros. La 'número dos' del Ejecutivo consideró «previsible» que esa voracidad se mantenga. La prioridad del Gobierno, explicó, es ahora que la cumbre de mañana disipe las dudas que quedan. En ese sentido, expresó su voluntad de que «a partir del jueves, como tarde, seamos capaces de decir que los problemas están empezando a quedar atrás».

El resultado de la emisión proporcionó un respiro momentáneo a la prima de riesgo española, que hace una semana batió su récord histórico al superar momentáneamente los 380 puntos básicos en medio de una agitación monumental por la incertidumbre en torno a Italia. El diferencial con el 'bund', que al inicio de la jornada estaba en 366 puntos básicos, se relajó y disminuyó hasta 345 puntos después de la operación y a 340 al cierre de la Bolsa. La rentabilidad de los bonos españoles permanecía, sin embargo, por encima del 6%, porcentaje que no permite bajar la guardia. Sigue próximo el temido 7%, que los expertos consideran como punto de no retorno, pues abocó a Grecia, Irlanda y Portugal a solicitar sendos rescates financieros a la UE y al FMI.

Al mismo tiempo, la tregua dada por los mercados permitió que las ganancias regresaran a la Bolsa. El Ibex-35, que el pasado lunes sufrió un duro correctivo al perder un 1,44%, experimentó un rebote y cerró con una subida del 1,03%, hasta los 9.443,8 puntos.