GUERRA

Hoy dieciocho de julio, día del alzamiento que sirvió de detonante para la guerra que muchos se empeñan en que no acabe nunca, puede ser un buen día para hablar de eso, de conflictos, aunque sean morales. Siempre con el permiso de los Beckham, que están viviendo uno de esos momentos en los que uno no quiere oír hablar de nada malo. Me he emocionado mucho, hasta el punto del lagrimeo, viendo las fotografías de la pareja con su nueva marca comercial, perdón, quería decir hija. Por cierto, ¿en Faceboock y en Twitter pagarán exclusivas a los famosos como hacen las revistas y los programas de televisión? Porque, de lo contrario, no se entiende la incontinencia fotográfica que tienen algunos de estos personajes y que alivian gracias a las redes sociales. No debe ser fácil ser guapo y feliz, y ver que tu pareja también lo es, demasiada belleza y armonía para ser disfrutada solamente entre dos. Las cosas como son, o como nos las cuentan; exceptuando esta noticia y la de un niño que han rescatado vivo de un río de la India, la prensa está como para envolver bocadillos, porque cuantas más páginas intentas digerir, mejor le entiendes al señor parado que se lío la manta a la cabeza y quiso tener su minuto de gloria en un bar de Vallecas. Según dijo él mismo, por pura angustia y desesperación. Suerte que aquí no se venden rifles a peso como en Estados Unidos, porque nos salía un francotirador en cada portal. Analizando los desastres que nos rodean, llama la atención, últimamente, la poca vergüenza y la falta de clase de los políticos y dirigentes en general. Se salvarán dos o tres, pero hoy no tengo día Schindler. El mundo es una tómbola amañada en la que el premio siempre sale caro. Menos mal que el verano avanza y se cuelan en las portadas las buenas sensaciones de los equipos de fútbol en la virginal pretemporada. Hay que reconocer que éstos nos engañan con más arte que los políticos, cada año nos creemos que puede ser el del milagro. A pesar de los que parten y reparten, pasen buen día.