Editorial

Inciertos presupuestos

El horizonte negociador y su letal efecto para el PSOE avalan el adelanto electoral

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Todo indica que el tándem Zapatero-Rubalcaba no ha decidido aún la fecha de las elecciones generales, que en principio deberían celebrarse en marzo pero que podrían adelantarse a noviembre. La anticipación o no dependerá de los análisis que ambos líderes efectúen tras la 'rentrée', en septiembre, sobre la evolución de la crisis y el resto de los factores. De momento, el proceso institucional de elaboración de los presupuestos sigue su curso, sobre la hipótesis de un pacto PSOE-PNV, ya que la coalición CiU ha manifestado que no está dispuesta a cooperar. De momento, la pasada semana fue aprobado el techo de gasto no financiero para 2012 gracias a la abstención de CiU, PNV, CC y UPN; próximamente, deberá fijarse el techo de gasto autonómico en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, y antes de que concluya septiembre, el Consejo de Ministros tendría que aprobar el anteproyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado si, como contempla una extendida hipótesis de anticipación, Rodríguez Zapatero no decide en dichas fechas disolver las Cámaras y convocar elecciones, que tendrían lugar a finales de noviembre. El PNV ya ha anunciado su disposición a pactar esas cuentas, una vez que se hayan concretado los traspasos -una veintena- pendientes desde el acuerdo presupuestario del año pasado y actualmente en fase de intensa negociación. El PNV no tiene interés alguno en que se acorte la legislatura y, como también le ocurre a CiU, desea fervientemente que el PP no obtenga mayoría absoluta en las generales, lo que explica cierta cooperativa complacencia con el PSOE. Es improbable sin embargo que los socialistas, con Rubalcaba al frente, accedan a que la legislatura llegue a su término natural porque no es sostenible una campaña de siete largos meses y de gran intensidad. Y porque, además, no parece probable que el candidato socialista esté dispuesto a pasar una vez más por las horcas caudinas del PNV, que lógicamente exigiría un alto precio a cambio de su apoyo. Tales concesiones, en vísperas de los comicios y en plena crisis, podrían tener un efecto letal sobre el apoyo al PSOE. Así las cosas, la anticipación electoral parece tan deseable como lógica e inexorable.