El diestro Daniel Luque, triunfador en la tarde de ayer. :: LA VOZ
Sociedad

Daniel Luque sale a hombros en Manzanares

Corta dos orejas y abre la puerta grande en la corrida celebrada en la localidad manchega, en la que Miguel Abellán también obtiene un trofeo

CIUDAD REAL / MONT DE MARSAN. Actualizado: Guardar
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El buen momento de Daniel Luque quedó reflejado ayer en su tarde de Manzanares, en la que cuajó una notable faena a su primero, un toro de gran clase al que recibió con magníficas verónicas y con el que anduvo inspirado con la muleta. En su segundo hubo variedad aunque un metraje algo dilatado. Hay que destacar que a sus manos fue a parar el mejor lote.

Miguel Abellán consiguió sus mejores pasajes en el cuarto con la mano derecha, asentado en la arena y corriendo la mano con suavidad y profundidad. Ante su inválido primero quedó casi inédito.

César Jiménez no se confió en su primero para enfado del público, que no vio atenuante el que el de Los Recitales se colara por el derecho ocasionalmente. Sin embargo se desquitó en el quinto, llegando a estar realmente a gusto por los dos pitones, mostrando apostura torera en todo momento y llegando a torear al natural sin ayuda. El fallo a espadas le hizo salir a pie de la plaza.

Gran tarde de Talavante

Por otra parte, Alejandro Talavante salió ayer a hombros en la segunda de feria de la localidad francesa de Mont Marsan, donde tanto Manuel Jesús 'El Cid' como Sebastián Castella se fueron de vacío.

Vulgar en conjunto, a pesar de su fondo de nobleza, la corrida de Núñez del Cuvillo, ganadería que hacía su presentación en Mont de Marsan, que se salvó por la magnifica actuación de Alejandro Talavante cuyo toreo inspirado, comprometido y ligado despertó la pasión en los tendidos.

El tercer toro poseía nobleza y después del segundo tercio demostró tener también movilidad y un cierto picante. En un intento de cambio muy comprometido en el terreno de cercanías, cogió de fea manera al torero, pero este, con la taleguilla abierta de la rodilla a la cintura, volvió tan tranquilo en el sitio para ligar tres series más de alto nivel.

Con la gente muy a favor, dejó una estocada al encuentro de efecto rápido y cortó dos orejas de mucho peso. El sexto, manso y distraído, sólo le valió para justificarse. 'El Cid', frente a dos adversarios de poco juego, cumplió con profesionalismo, luciéndose frente al primero en dos tandas por la derecha, mientras que frente al cuarto tuvo que abreviar después de una sola tanda.

Tampoco sirvió para nada el primero de Castella que, para colmo, se lastimó en una vuelta de campana, mientras que el quinto, por su movilidad algo informal, le permitió al torero galo construir una faena tesonera y espesa bien concluida de un volapié.